Encuesta a estudiantes universitarios usuarios de reproductores de MP3: hábitos, aspectos de seguridad, actitudes y nivel de información
Alicia Hoover
Sridhar Krishnamurti
Universidad de Auburn, AL, EE.UU.
Objetivo: Conocer los hábitos y las actitudes a la hora de escuchar música de estudiantes universitarios típicos usuarios de reproductores de MP3 e investigar los posibles problemas de seguridad relacionados con escuchar música con reproductores MP3.
Método: Estudiantes universitarios que eran usuarios frecuentes de reproductores de MP3 (N = 428) respondieron a una encuesta de 30 preguntas por internet. La encuesta comprendía preguntas sobre la frecuencia y la duración del uso de los reproductores MP3, los niveles de volumen usados en los reproductores de MP3, los tipos de auriculares empleados, los lugares típicos donde los estudiantes usaban los reproductores de MP3, las actividades concretas que hacían mientras escuchaban música con reproductores de MP3 que podían conllevar problemas de seguridad y las actitudes hacia el uso de los reproductores de MP3.
Resultados: La mayoría de los usuarios de reproductores de MP3 los utilizaban menos de 2 horas al día a un volumen seguro. Aproximadamente una tercera parte de los encuestados dijeron que cuando escuchaban música con un reproductor de MP3 estaban distraídos y a más de una tercera parte les dolían los oídos después de una sesión de escuchar música. Alrededor de un tercio de los encuestados indicaron que ocasionalmente usaban sus reproductores de MP3 al volumen máximo. Los encuestados señalaron que estarían dispuestos a (a) reducir el volumen, (b) reducir la duración de la escucha de música, y (c) comprar auriculares especiales para conservar su capacidad auditiva.
Conclusión: El estudio mostró que existen motivos de preocupación porque ciertos estudiantes universitarios usuarios de reproductores de MP3 utilizan ocasionalmente sus reproductores de MP3 al volumen máximo y tienen una menor capacidad de atención a lo que sucede a su alrededor.
Palabras clave: Reproductor de MP3, capacidad de atención reducida, sobreexposición acústica.
Según Levy (2006), escuchar música con el iPod es la actividad diaria más popular entre los estudiantes universitarios. Los supuestos efectos beneficiosos recreativos y relajantes asociados al uso del iPod han creado claramente una nueva cultura musical entre estos estudiantes. Pero existen preocupaciones importantes por el uso de Dispositivos de Escucha Personales (DEP) por los estudiantes universitarios. Una de ellas es la posibilidad de que los estudiantes que escuchan ruido recreativo (música) a volúmenes elevados durante largos periodos de tiempo sufran una sobreexposición acústica. Últimamente ha aumentado el interés de los medios por el riesgo potencial de pérdida de audición asociado a escuchar música con DEP a un volumen alto (Morata, 2007). Aunque existen muchas directrices sobre la pérdida de audición inducida por el ruido relacionada con la exposición al ruido a nivel laboral, hay muy pocas directrices publicadas sobre la pérdida de audición relacionada con el ruido recreativo, como el derivado del uso de DEP. Otra preocupación relacionada con el uso de DEP por los estudiantes universitarios es la posibilidad de que su capacidad de atención sobre lo que sucede a su alrededor disminuya cuando están en lugares ruidosos o en otros lugares concretos.
Fligor y Cox (2004) llevaron a cabo un estudio para ayudar a establecer unas directrices para los reproductores de CD y propusieron que para los reproductores de CD con auriculares supra-aurales los niveles de salida de ruido de los auriculares deberían limitarse al 60% del volumen máximo y el tiempo de escucha de música no debería ser superior a 60 minutos para evitar cualquier riesgo de pérdida de audición inducida por el ruido. Aunque esta norma puede ayudar a regular la seguridad de los DEP, también es importante investigar si los usuarios de DEP (por ejemplo, los estudiantes universitarios) siguen realmente estas directrices o violan la norma e incurren en prácticas auditivas de riesgo.
Torre (2008) estudió el uso de DEP en adultos jóvenes realizando una encuesta a 1.016 estudiantes de la Universidad Estatal de San Diego. Sus respuestas indicaron que los estudiantes preferían (a) usar auriculares especiales para el iPod que se insertan en los oídos (58%), (b) usar sus PED cuando caminaban o hacían ejercicio (44,5%), (c) escuchar música entre 1 y 3 horas al día (48,1%), y (d) escuchar música a un volumen intermedio (53%). Danhauer y cols. (2009) distribuyeron una encuesta a 609 estudiantes universitarios sobre el uso de DEP. Descubrieron que el 71,4% de los encuestados escuchaba música a un volumen del 60% del máximo o mayor. Danhauer y colaboradores (2009) también observaron que los encuestados (a) consideraban que escuchaban música a un volumen “intermedio” (57,1%), (b) subían el volumen si había ruido de fondo (78,2%), y (c) no les gustaría recibir más información sobre el uso del iPod y sus posibles efectos sobre la audición (60,8%). En el presente estudio investigamos en profundidad aspectos relacionados con el uso de reproductores de MP3 (hábitos, aspectos de seguridad, actitudes y nivel de información) por estudiantes universitarios de diferentes zonas geográficas de Estados Unidos.
El volumen de salida de los DEP varía dependiendo del tipo de auriculares que se usan para escuchar música (por ejemplo, auriculares que se insertan en los oídos, aislantes, supra-aurales y auriculares que se insertan en los oídos especiales para el iPod) y del tipo de DEP (reproductores de CD o reproductores de MP3). Se han detectado diferencias en el nivel de presión del sonido de salida haciendo mediciones con micrófonos sonda en los conductos auditivos de personas que utilizaban auriculares supra-aurales, semi-aurales y que se insertan en los oídos (MacLean, Stuart y Stenstrom, 1992). Otro estudio de diferentes tipos de reproductores de CD y de distintos tipos de auriculares también mostró que el volumen de salida varía según el tipo de auricular: con los que insertan en los oídos el volumen es mayor que con los supra-aurales y los que rodean el oído (Fligor & Cox, 2004). Hodgetts, Reiger y Szarko (2007) observaron que los usuarios de reproductores de MP3 escuchaban música a un volumen más alto con auriculares que se insertan en los oídos, el tipo de auriculares que vienen incluidos habitualmente con los reproductores de MP3. Los autores observaron que los usuarios tenían más tendencia a subir el volumen de su reproductor de MP3 cuando había ruido de fondo si usaban auriculares que se insertan en el oído que si usaban otros tipos de auriculares (Hodgetts y cols., 2007).
El objetivo de este estudio era investigar en más profundidad los hábitos típicos a la hora de escuchar música con reproductores de MP3, explorar aspectos importantes relacionados con la seguridad de su uso, obtener información sobre las actitudes habituales hacia el uso de reproductores de MP3 y determinar el nivel de información sobre los mismos en estudiantes universitarios. También se investigaron las posibles diferencias en función del sexo en las actitudes hacia la seguridad de los reproductores de MP3 y el nivel de información sobre los reproductores de MP3 que tienen sus usuarios.
Método
Participantes en el estudio
El consejo de revisión institucional de la Universidad de Auburn aprobó el presente estudio. En él participaron 428 personas que respondieron a las preguntas de la encuesta. Para poder participar en él, las personas tenían que ser estudiantes universitarios de 19 a 25 años de edad y usuarios frecuentes de reproductores de MP3. De los 428 participantes, 140 eran hombres, 257 eran mujeres y los 31 participantes restantes no indicaron su sexo. La edad media de los encuestados era de 20 años y 9 meses (rango: entre 19 años y 7 meses y 24 años y 3 meses). Todos los participantes respondieron a las preguntas de la encuesta por internet a través de SurveyMonkey (www.surveymonkey.com), una herramienta para realizar encuestas online que permite a la gente crear y personalizar encuestas y obtener las respuestas y los comentarios a las mismas.
Se puso un anuncio en la red social Facebook (www.facebook.com) 17.500 veces al azar durante siete periodos de 24 horas cada uno en los perfiles de 35 redes universitarias seleccionadas aleatoriamente de diversas zonas geográficas de Estados Unidos (Auburn; Universidad Estatal de Louisiana; Pittsburgh; Illinois; Indiana; Universidad Estatal de Ohio; Purdue; Colorado; Iowa; Missouri; Nebraska; Brigham Young; Utah; Florida; Georgia; Kentucky; Carolina del Sur; Tennessee; Oregon; Universidad Estatal de Arizona; Universidad de California en Los Angeles; Maryland; Universidad Estatal de Carolina del Norte; Carolina del Este; Stanford; Marshall; Duke; Brown; Vanderbilt; Instituto de Tecnología de Massachusetts; Yale; Princeton; Dartmouth; Universidad de California en Berkeley; y Connecticut). Al hacer clic en el anuncio, los usuarios entraban en la página de la encuesta por internet. El Centro de Tecnología de la Información de la Universidad de Auburn también envió el enlace a la encuesta por correo electrónico a 1.000 estudiantes elegidos al azar de entre 19 y 25 años de edad. La información contenida en los correos electrónicos enviados a los estudiantes de la Universidad de Auburn fue la misma que la que se puso en el anuncio de Facebook. La encuesta se llevó a cabo a lo largo de una semana entera y empezó el 6 de noviembre de 2007. Como es imposible saber cuántas personas no respondieron al anuncio o al correo electrónico, no se pudo determinar exactamente cuál fue la tasa de respuesta. De los 428 participantes, 39 no dijeron en qué universidad estudiaban, por lo que solamente se pudieron obtener datos institucionales de 389 participantes. De estos últimos, la mayoría (177/389) estudiaban en la Universidad de Auburn.
Encuesta
Se elaboró un cuestionario de 30 preguntas para conocer los hábitos y las actitudes de los estudiantes universitarios respecto al uso de los reproductores de MP3. Las preguntas de la encuesta relacionadas con el uso de reproductores de MP3 se elaboraron basándose en preguntas realizadas en encuestas anteriores a estudiantes de secundaria y estudiantes universitarios (Danhauer y cols., 2009; Zogby International, 2006). Las preguntas específicas de la encuesta fueron sobre los hábitos de escuchar música con los reproductores de MP3, aspectos de seguridad relacionados con el uso de reproductores de MP3 y las actitudes y el nivel de información sobre los reproductores de MP3. Se hicieron varias versiones de la encuesta, cada una mejor que la anterior, con la ayuda de las opiniones de colaboradores y estudiantes.
Resultados
Hábitos de escucha de música con los reproductores de MP3 de los estudiantes universitarios
En el Apéndice A figuran las 14 preguntas sobre los hábitos de escucha de música de los participantes en la encuesta y las tasas de respuesta a estas preguntas. Alrededor de dos tercios (66,6%) de los encuestados escuchaban música con reproductores de MP3 con auriculares 3 o más días a la semana, mientras que aproximadamente un tercio lo hacían de forma más frecuente (5–7 días a la semana).
La duración del uso de los reproductores de MP3 se investigó de dos maneras: (a) la duración de cada sesión ininterrumpida de escucha de música con el reproductor de MP3 con auriculares y (b) la duración total de escucha de música con el reproductor de MP3 al día. Aproximadamente la mitad de los participantes en la encuesta (48,3%) dijeron que sus sesiones de escucha de música con el reproductor de MP3 duraban menos de 1 hora, mientras que más de tres cuartas partes (76,5%) escuchaban música con su reproductor de MP3 2 horas o menos al día en total.
Alrededor de la mitad (49,7%) de los encuestados escuchaban música a un volumen del 50% o menor del volumen máximo. La mayoría de los participantes (91,8%) usaban auriculares que se insertan en los oídos especiales para el iPod o de otras marcas. Solamente un pequeño porcentaje (menos del 10%) usaban auriculares supra-aurales o que anulan el ruido, que se consideran más seguros para la audición (Fligor y Cox, 2004). Hubo una variabilidad considerable en los tipos de música preferidos en función del sexo.
Caminar por el campus universitario era la actividad diaria más frecuente asociada al uso de los reproductores de MP3. Aproximadamente la mitad (51,5%) de los encuestados usaban sus reproductores de MP3 mientras caminaban cada día. El 18,8% también lo hacían diariamente mientras conducían el coche. La otra actividad diaria asociada al uso de reproductores de MP3 era ir en el autobús (24.4%). En esta situación, era probable que los estudiantes subieran el volumen para no oír el ruido de fondo (por ejemplo, gente hablando, el ruido de la calle, el ruido de la radio bidireccional). La actividad semanal más frecuente asociada al uso de los reproductores MP3 era hacer ejercicio. También había estudiantes que usaban el reproductor de MP3 con menos frecuencia (mensual o anualmente) cuando hacían ejercicio, iban en bicicleta o leían. Más del 60% de los encuestados no usaban un reproductor de MP3 en público por la noche. Alrededor de un tercio (32,2%) dijeron que subían el volumen hasta un nivel más alto que el ruido de fondo de su alrededor frecuentemente. Un gran porcentaje (93,4%) subía el volumen hasta un nivel más alto que el ruido de fondo en ocasiones, frecuentemente o siempre.
Cuando estaban manteniendo una conversación y escuchando su reproductor de MP3, casi dos tercios (62,8%) de los encuestados pedían a sus interlocutores que les repitieran lo que les habían dicho al menos parte del tiempo. Más del 85% se quitaban los auriculares para hablar con otras personas frecuentemente y casi dos tercios (63,3%) se los quitaban siempre para hablar con alguien. Un gran porcentaje (72,4%) dijeron que tenían dificultades (a veces, frecuentemente o siempre) para comprender lo que decían los demás si había ruido de fondo. Casi el 85% escuchaban música con sólo un auricular a veces o frecuentemente para realizar otra actividad al mismo tiempo (como conversar con alguien).
Aspectos de seguridad relacionados con el uso de reproductores de MP3
En el Apéndice B figuran las siete preguntas sobre los aspectos de seguridad y las tasas de respuesta a estas preguntas. Alrededor de un tercio de los encuestados dijeron que tenían problemas para oír los sonidos que había a su alrededor mientras usaban su reproductor de MP3 en lugares públicos. Cuando se preguntó a los estudiantes si prestaban atención a lo que sucedía a su alrededor cuando escuchaban música con un reproductor de MP3, aproximadamente un tercio (36,2%) dijeron que prestaban atención frecuentemente, mientras que el 43,1% indicaron que siempre prestaban atención a lo que sucedía a su alrededor. Aproximadamente el 50% eran capaces a veces de oír señales de aviso como el claxon de un coche en una situación de tráfico. Pero casi tres cuartas partes dijeron que se sentían seguros mientras escuchaban sus reproductores de MP3. Menos del 20% de los encuestados señalaron que mientras usaban su reproductor de MP3 “a veces” prestaban atención a lo que sucedía a su alrededor.
La principal molestia de los estudiantes que participaron en este estudio era el dolor de oídos (41%). Más de un tercio (36,7%) de los encuestados también dijeron que estaban distraídos mientras escuchaban música con su reproductor de MP3. Alrededor del 10% indicaron que tenían problemas auditivos (pérdida de audición y tinnitus).
Más de un tercio (36,6%) de los estudiantes escuchaban música con reproductores de MP3 al volumen máximo en determinadas situaciones. De ellos, el 25,2% la escuchaban a un volumen medio mayor del 75% que el máximo, un nivel que se considera de riesgo para la audición si se escucha música a ese volumen durante más de 1 hora (Fligor y Cox, 2004).
Actitudes y nivel de información sobre el uso de reproductores de MP3
En el Apéndice C figuran las cinco preguntas sobre las actitudes de los usuarios de reproductores de MP3 y las tasas de respuesta a estas preguntas (preguntas 22 a 26). Las actitudes frente al riesgo de sufrir pérdida de audición se valoraron usando cuatro categorías (no preocupado, algo preocupado, bastante preocupado y muy preocupado). Menos de la mitad de los encuestados (43,8%) dijeron que no estaban preocupados por sufrir pérdida de audición por el uso de reproductores de MP3, mientras que el 56,2% indicaron que sí lo estaban (algo, bastante o mucho).
Aproximadamente la mitad (49,5%) de los encuestados indicaron que estarían dispuestos a reducir la cantidad de tiempo que escuchaban música con su reproductor de MP3 para proteger su audición. Asimismo, si fuese necesario hacerlo, la mayoría (62,9%) de los estudiantes estarían dispuestos a bajar el volumen para proteger su audición. Aproximadamente la mitad (49,7%) dijeron que estarían dispuestos a comprar unos auriculares especiales para proteger su audición. Cuando se les preguntó qué efectos beneficiosos les aportaba el uso de reproductores de MP3, la mayoría de los estudiantes (76,8%) señalaron que se sentían relajados, mientras que un porcentaje bastante más pequeño (16,5%) indicaron que estaban más centrados.
En el Apéndice C figuran las cuatro preguntas referentes al nivel de información sobre los reproductores de MP3 y las tasas de respuesta a estas preguntas (preguntas 27 a 30). Una pregunta consistía en si las advertencias sobre los riesgos de estos dispositivos que les hacían familiares, amigos, medios y otras personas y entidades solían molestar a los usuarios de reproductores de MP3. A más de la mitad de los encuestados (52,7%) les molestaba en menor o mayor grado que alguien les aconsejara que no usaran un DEP porque podía causarles lesiones auditivas.
En el cuestionario había una pregunta sobre el uso de programas informáticos para limitar el volumen. Menos de la mitad de los encuestados (44%) no sabían que existían estos programas. Un poco más de una cuarta parte (26,6%) los usaban de forma frecuente u ocasional y el 29,4% los conocían pero nunca los habían usado.
La mayoría de los participantes (66,8%) en esta encuesta preferían obtener información de seguridad auditiva relacionada con los reproductores de MP3 a través de internet. Las otras vías preferidas de obtener dicha información eran artículos de revistas e información a través de la universidad. Cuando se les preguntó qué tipo de información relacionada con el uso de los reproductores de MP3 era la más útil en internet, los estudiantes dijeron que la más importante era la información sobre el tipo de auriculares y el volumen apropiado para escuchar música.
Diferencias en función del sexo en el uso de reproductores de MP3
Para evaluar las posibles diferencias relacionadas con el sexo en el uso de reproductores de MP3 se hizo un análisis con la prueba de la chi cuadrado de las respuestas a varias preguntas (preguntas 3, 5 y 14). No hubo diferencias significativas entre los sexos en la duración de las sesiones de escucha de música, ?2(3, N = 397) = 4,32, p > 0,05; el nivel de volumen, ?2(7, N = 392) = 11,82, p > 0,05; o el uso en lugares públicos por la noche, ?2(3, N = 384) = 6,64, p > 0,05.
Discusión
Hábitos de los usuarios de reproductores de MP3
Frecuencia de uso de los reproductores de MP3. Los resultados del presente estudio demostraron que aproximadamente dos tercios de los encuestados usaban reproductores de MP3 con auriculares 3 o más días a la semana, mientras que alrededor de un tercio los utilizaban 5 o más días a la semana. Estos resultados indican que los adultos jóvenes a los que les gusta escuchar música con reproductores de MP3 a menudo incorporan esta actividad a su estilo de vida diario.
Duración de la escucha de música. La duración del uso de los reproductores de MP3 se investigó de dos maneras: la duración de cada sesión ininterrumpida de escucha de música con el reproductor de MP3 con auriculares y la duración total de escucha de música con el reproductor de MP3 al día. Los resultados del presente estudio indicaron que la duración de una sesión típica de escucha de música con un reproductor de MP3 era de menos de 1 hora. Parece que la duración de una sesión típica de escucha de música por sí misma no era lo bastante larga como para producir pérdida de audición inducida por el ruido. Los resultados del presente estudio realizado en usuarios universitarios de reproductores de MP3 son parecidos a los de la encuesta realizada a adultos y adolescentes (estudiantes de secundaria; Zogby International, 2006). Según los resultados del presente estudio, aproximadamente la mitad de los estudiantes universitarios (48,3%) escuchaban música con su reproductor de MP3 durante menos de 1 hora, mientras que en el estudio Zogby International (2006) el 40% de los adultos y el 69% de los estudiantes de secundaria usaban el iPod durante 1 hora o menos. En una encuesta anterior a estudiantes universitarios realizada por Torre (2008) se constató que la mayoría de los adultos jóvenes escuchaban música con un DEP con auriculares entre 1 y 3 horas al día. Los resultados del presente estudio también fueron similares a los de una encuesta realizada en Australia a adultos jóvenes de 18-24 años de edad que mostró que el 58% de los encuestados escuchaban música con sus reproductores de MP3 menos de 1 hora y el 38% durante 1-3 horas (Australia Hearing Report, 2008).
Volumen al que se escucha la música. Según Fligor y Cox (2004), cuando se utilizan auriculares supra-aurales se debería escuchar música 1 hora al día como máximo a un volumen del 60% del volumen máximo. Es importante señalar que Fligor y Cox (2004) llevaron a cabo su estudio con reproductores de CD y no con reproductores de MP3. Las sesiones de escucha de música de la mayoría de los participantes en el presente estudio duraban 1 hora o menos, y aproximadamente la mitad escuchaban música a un volumen del 50% o menor que el volumen máximo, lo que indica que ese nivel de audición es seguro. En la encuesta realizada por Torre (2008), el 53% de los participantes dijeron que escuchaban música a un volumen “intermedio” y el 35% que la escuchaban a un volumen “alto”.
Tipos de auriculares usados con los reproductores de MP3. Fligor y Cox (2004) estudiaron los niveles de volumen de salida de los auriculares que se insertan en los oídos y los auriculares supra-aurales que se utilizan con los reproductores de CD comercializados. Los niveles de volumen de salida de los auriculares que se insertan en los oídos eran como media 7–9 dB más altos que con los auriculares supra-aurales. En el presente estudio, la mayoría de los participantes (91,8%) usaban auriculares que se insertan en los oídos especiales para el iPod o de otras marcas, y sólo un pequeño porcentaje usaban auriculares supra-aurales. Es posible que este mayor uso de auriculares que se insertan en los oídos simplemente esté relacionado con el hecho de que los reproductores de MP3 que más se venden vienen equipados con este tipo de auriculares (y no con auriculares supra-aurales). En otro estudio realizado por Hodgetts y cols. (2007), el volumen preferido de escucha de música de los usuarios de reproductores de MP3 era (a) más alto con auriculares que se insertan en los oídos que con auriculares supra-aurales, (b) más bajo cuando usaban unos auriculares que anulan el ruido, y (c) más alto en presencia de ruido de fondo si no usaban unos auriculares que anulan el ruido. En el presente estudio, la mayoría de los participantes preferían usar auriculares que se insertan en los oídos especiales para el iPod o de otras marcas, y menos del 10% usaban auriculares que anulan el ruido.
Diferencias en función del sexo en el uso de reproductores de MP3. Los resultados del presente estudio demostraron que no hubo diferencias significativas entre los hombres y las mujeres en la duración de las sesiones de escucha de música, en el nivel de volumen ni en el uso en lugares públicos por la noche. Estos resultados difieren de los de otro estudio en el que se detectó que es más probable que los hombres escuchen música con un DEP a un volumen más alto que las mujeres (Torre, 2008). Torre (2008) observó que también es significativamente más probable que los hombres escuchen música durante más tiempo que las mujeres. En este estudio también se usaron valoraciones más subjetivas del volumen, ya que se pidió a los participantes que dijeran el nivel de volumen al que escuchaban música eligiendo uno de los cinco niveles siguientes: muy bajo, bajo, intermedio, alto y muy alto. Nosotros utilizamos valoraciones más objetivas del volumen. Se pidió a los participantes que dijeran el nivel de volumen medio al que escuchaban habitualmente música con sus reproductores de MP3 eligiendo un porcentaje del volumen máximo.
Aspectos de seguridad
Los resultados de este estudio indican que existen dos preocupaciones principales respecto a la seguridad del uso de los reproductores de MP3 por adultos jóvenes. La primera es la costumbre indicada por los participantes de que suben el volumen de su reproductor de MP3 en lugares con un ruido de fondo alto, lo que posiblemente conlleva el riesgo de sobreexposición acústica. Williams (2005) midió los niveles de volumen de salida de reproductores estéreo personales usados por hombres y mujeres que viajaban en entornos del “mundo real” con diferentes niveles de ruido. Williams observó que en lugares ruidosos el volumen de salida medio de los reproductores estéreo personales era de 79,8 dBA, un nivel menor que el considerado que tiene un riesgo aceptable para la exposición al ruido en el lugar de trabajo (85 dBA), pero mayor que el considerado que tiene un riesgo insignificante (75 dBA). Esta preocupación por el uso de reproductores de MP3 en presencia de ruido de fondo también se ha expuesto en un artículo publicado recientemente por Danhauer y cols. (2009) que muestra que un gran porcentaje (78,2%) de estudiantes universitarios suben el volumen de sus reproductores de MP3 cuando están en lugares ruidosos. La segunda preocupación que ha puesto de manifiesto el presente estudio es que es más posible que una persona tenga una menor capacidad de atención o esté distraída cuando escucha música con un reproductor de MP3. El uso de reproductores de MP3 caminando es probable que constituya un problema de seguridad si la persona presta menos atención a señales de alerta (por ejemplo, el claxon de un coche) o si su uso reduce la comunicación en lugares públicos (por ejemplo, en conversaciones con amigos). Un estudio realizado por Chisholm, Caird y Lockhart (2008) de los efectos de distracción que produce el uso de reproductores MP3 sobre la capacidad para conducir vehículos mostró que el tiempo de respuesta a imprevistos es más largo en adultos jóvenes. Es necesario investigar este aspecto en profundidad en otras situaciones (por ejemplo, la seguridad personal mientras una persona camina por el campus o la capacidad de atención a señales de alerta).
Actitudes frente al uso de reproductores de MP3
En general, los participantes tenían una actitud positiva hacia el uso de reproductores de MP3. Según los resultados del presente estudio, la mayoría de los estudiantes (76,8%) se sentían relajados cuando escuchaban música con su reproductor de MP3 y casi tres cuartas partes se sentían seguros en esa situación.
A más de la mitad de los encuestados (56,2%) les preocupaba la posibilidad de perder audición con el uso de reproductores de MP3. Estos resultados son semejantes a los de un estudio realizado por Zogby International (2006), en el que más de la mitad (53%) de los estudiantes de secundaria encuestados dijeron que les preocupaba perder audición al usar auriculares. En el presente estudio, un alto porcentaje de encuestados (62,9%) dijeron que estarían dispuestos a reducir el volumen para proteger su audición. Este resultado también es similar al del estudio de Zogby International (2006), en el que más de dos tercios (69%) de los estudiantes de secundaria señalaron que estarían dispuestos a reducir el volumen de sus dispositivos electrónicos para proteger su audición.
En general, los estudiantes universitarios participantes en el presente estudio tenían una actitud positiva frente a la protección de la audición. Aproximadamente la mitad (49,5%) de ellos dijeron que estarían dispuestos a escuchar música durante menos tiempo para proteger su audición. Según los resultados de un estudio anterior realizado en estudiantes de secundaria (Zogby International, 2006), el 42% de ellos indicaron que estarían dispuestos a escuchar música durante menos tiempo con sus dispositivos electrónicos. Alrededor de la mitad (49,6%) de los participantes en el presente estudio señalaron que estarían dispuestos a comprar unos auriculares especiales para proteger su audición, mientras que en el estudio de Zogby International (2006) solamente el 31% de los estudiantes de secundaria dijeron que estarían dispuestos a gastarse dinero para comprar unos auriculares especialmente diseñados para evitar la pérdida de audición. Esto constituye una actitud positiva por parte de los adultos universitarios para ayudar a proteger su audición.
Nivel de información sobre aspectos relacionados con los reproductores de MP3
Necesidad de programas informativos. Parece haber una cantidad limitada de recursos educacionales e informativos dirigidos específicamente a fomentar el uso apropiado de los reproductores de MP3 e informar sobre los aspectos de seguridad relacionados con ellos. Aunque los participantes en la encuesta reconocieron la utilidad de las fuentes informativas, al 61,4% les molestaba al menos a veces que otras personas les aconsejaran que no usasen reproductores de MP3. Es necesario crear programas de educación pública más organizados sobre los aspectos de seguridad asociados al uso de los reproductores de MP3. Según nuestros conocimientos, no existen sitios web dirigidos específicamente a los estudiantes universitarios desde los cuales se pueda acceder a información de seguridad auditiva relacionada con los reproductores de MP3. Anteriormente se han desarrollado programas educativos para estudiantes de primaria y secundaria para alertarles de los posibles peligros que conlleva escuchar música y sonidos a un volumen alto. Griest y Folmer (2007) elaboraron una encuesta para estudiar la efectividad del programa “Decibelios peligrosos”. La encuesta se hizo a un grupo de estudiantes de cuarto curso y séptimo curso antes y después de que escucharan el programa “Decibelios peligrosos”. Los autores observaron que el programa incrementó los conocimientos de los estudiantes sobre la conservación de la audición.
Respecto a los adultos jóvenes, en un estudio realizado en Francia se observó un mayor número de puntos de pérdida de audición con sonidos de alta frecuencia en los audiogramas de los adultos jóvenes participantes que iban a conciertos de rock y a discotecas o que escuchaban música con reproductores de CD personales 7 horas a la semana (Meyer-Bisch, 1996). Basándose en estos resultados, Meyer-Bisch (1996) recomendó que se desarrollara un programa de medidas preventivas para conservar la audición para informar a la gente de cuáles son las formas seguras de escuchar música con estos dispositivos.
Los estudios mencionados anteriormente ponen de manifiesto la importancia de informar a los estudiantes de los posibles riesgos asociados al uso de los reproductores de MP3 (por ejemplo, sobreexposición acústica y reducción de la capacidad de atención). Actualmente, el fabricante del iPod (Apple Corporation) da ciertas recomendaciones en un manual en internet. La información que proporciona Apple es, entre otra, la siguiente: (a) bajar el volumen si la persona siente zumbido en los oídos, (b) bajar el volumen si a la persona le resulta difícil oír a la gente que habla a su alrededor, (c) no subir el volumen para bloquear el ruido de fondo en un lugar ruidoso, (d) reducir la cantidad de tiempo de escucha de música si la persona la escucha a un volumen alto, y (e) limitar la cantidad de tiempo de uso de auriculares a un volumen alto. Apple también ha lanzado recientemente un programa informático para limitar el volumen (Apple Corporation, 2008), el cual permite a los usuarios crear un nuevo nivel máximo de volumen en sus iPod que no puede superarse. Esta función de limitación del volumen es una opción que puede seleccionarse en el menú de configuración del iPod. Los resultados del presente estudio demostraron que casi la mitad de los participantes no sabían que había un programa informático de limitación del volumen y que sólo una cuarta parte de ellos lo usaban.
Implicaciones
Es necesario establecer directrices de seguridad accesibles para el uso de los reproductores de MP3, especialmente para los estudiantes universitarios, que probablemente los usan frecuentemente. La creación de unas directrices correctas de audición ayudará a los estudiantes universitarios a tomar decisiones que fomentan hábitos de escucha segura de música, como usar programas informáticos de limitación del volumen, comprar auriculares especiales o limitar la cantidad de tiempo que escuchan música con un reproductor de MP3 al día. Es necesario llevar a cabo más estudios para determinar qué niveles de sonido llegan a los conductos auditivos de las personas mientras escuchan música con auriculares. También es necesario hacer más investigaciones de los posibles efectos del uso prolongado de los reproductores de MP3 sobre la sobreexposición acústica y la capacidad de atención auditiva, especialmente en los jóvenes y en las personas que los usan en lugares ruidosos.
Este estudio fue financiado por una beca de investigación para estudiantes no graduados de la Universidad de Auburn concedida a Alicia Hoover (2007–2008).
Bibliografía
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Traducido con autorización del artículo «Encuesta a estudiantes universitarios usuarios de reproductores de MP3: hábitos, aspectos de seguridad, actitudes y nivel de información» por Alicia Hoover y Sridhar Krisnhnamurti (American Journal of Audiology, vol. 19, 73-83, junio 2010, http://aja.pubs.asha.org/journal.aspx). Este material ha sido originalmente desarrollado y es propiedad de la American Speech-Language-Hearing Association, Rockville, MD, U.S.A., www.asha.org. Todos los derechos reservados. La calidad y precisión de la traducción es únicamente responsabilidad de CLAVE.
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Translated, with permission, from «Familiar aggregation of Ag-related hearing loss in an Epidemiological study of olders adults» by Alicia Hoover and Sridhar Krisnhnamurti (American Journal of Audiology, vol. 19, 73-83, june 2010, http://aja.pubs.asha.org/journal.aspx). This material was originally developed and is copyrighted by the American Speech-Language-Hearing Association, Rockville, MD, U.S.A., www.asha.org. All rights are reserved. Accuracy and appropriateness of the translation are the sole responsibility of CLAVE.
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Cambios en el potencial vestibular miogénico evocado relacionados con la edad empleando un método de retroalimentación modificado con un manómetro de presión sanguínea
Brandon M. Tourtillott
John A. Ferraro
Ali Bani-Ahmed
Elaine Almquist
University of Kansas Medical Center, Kansas City
Nandini Deshpande
Queen’s University, Kingston, Ontario, Canada
Objetivo: Recoger datos específicos de cada edad del potencial vestibular miogénico evocado (VEMP, según sus siglas en inglés) y caracterizar las diferencias relacionadas con la edad en los parámetros del VEMP empleando un método modificado de monitorización del músculo esternocleidomastoideo (ECM) con un manómetro de presión sanguínea (MPS).
Métodos: Los VEMP se registraron en adultos sanos de edades comprendidas entre los 23 a los 84 años sin antecedentes de vértigo, patologías neuromusculares o problemas cervicales. Los participantes fueron asignados a 3 grupos mediante asignación no probabilística estática basada en la edad. A 130 dB SPL se obtuvo la latencia P1 y N1 del VEMP, el umbral, la amplitud pico a pico y el índice de diferencias de amplitud interaureal (DAI).
Resultados: Se observaron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en las medidas de amplitud pico a pico media y de umbral. El análisis post hoc reveló que las diferencias observadas fueron entre el grupo más joven y ambos grupos de mayores. No se observaron diferencias significativas entre las latencias P1 y N1 e índices DAI.
Conclusiones: Este estudio confirma una disminución significativa en la amplitud del VEMP y un aumento en los umbrales del VEMP en personas mayores sanas. Sería necesario obtener datos normalizados relacionados con la edad para interpretar los registros de VEMP en el ámbito clínico cuando se evalúen poblaciones de edad avanzada. El método de BPM empleado para controlar el músculo SCM puede constituir una buena alternativa cuando no se disponga de un equipo de electromiografía para controlar la contracción del músculo SCM.
Palabras clave: VEMP, otolito, edad, sáculo, nervio vestibular, potenciales evocados.
Durante las actividades funcionales, la habilidad de mantener la estabilidad de la cabeza se regula a través del reflejo vestibulocólico, que no es evaluado directamente en la batería habitual de pruebas clínicas vestibulares, que incluye principalmente la videonistagmografía (VNG) y la prueba de la silla giratoria. Los potenciales vestibulares miogénicos evocados (VEMP) representan respuestas musculares de latencia corta registradas en el músculo esternocleidomastoideo (SCM) en respuesta a la estimulación del sáculo (Colebatch, Halmagyi y Skuse, 1994). Por consiguiente, los VEMP son medidas que se pueden emplear para evaluar los cambios rápidos reflexivos en el tono muscular que tienen lugar para estabilizar la cabeza tras un movimiento inesperado de la misma (Colebatch et al., 1994; Uchino et al., 1997).
Existe un cuerpo creciente de bibliografía que evidencia que los VEMP registrados en el músculo SCM se encuentran alterados por procesos patológicos que afectan los órganos y vías vestibulares terminales. Se han documentado respuestas anormales en casos con enfermedad de Ménière (de Waele, Tran Ba Huy, Diard, Freyss y Vidal, 1999; Heide et al., 1999), vestibulopatía periférica aguda (Heide et al., 1999), neuritis vestibular (Halmagyi y Curthoys, 1999; Murofushi, Halmagyi, Yavor y Colebatch, 1996), desórdenes de hipersensibilidad vestibular (Brantberg, Bergenius y Tribukait, 1999; Minor et al., 2001), schwannomas vestibulares (Matsuzaki, Murofushi y Mizuno, 1999) y desórdenes del sistema nervioso central (Chen y Young, 2003; Itoh et al., 2001). Aunque las latencias del VEMP pueden encontrarse afectadas en alteraciones troncoencefálicas, es más común el uso de las amplitudes para evaluar la función vestibular periférica (Welgampola y Colebatch, 2001a). La aparición de los VEMP ha proporcionado nuevas oportunidades para conocer el estado funcional del sáculo (Murofushi y Curthoys, 1997; Murofushi, Curthoys, Topple, Colebatch, y Halmagyi, 1995; Young, Fernandez y Goldberg, 1977) y el nervio vestibular inferior (Murofushi et al., 1996; Murofushi, Matsuzaki y Chih-Hsiu, 1999).
La vía nerviosa de la respuesta del VEMP presenta diferencias respecto a la del reflejo vestíbulo-ocular (RVO), que es evaluado de forma rutinaria mediante una batería de pruebas para obtener información adicional durante las evaluaciones clínicas vestibulares. El RVO refleja la información vestibular en una vía rostral que va desde el nivel del núcleo vestibular y se proyecta a través del cerebro medio. (Shepard & Telian, 1996; Zapala & Brey, 2004), mientras que el VEMP refleja una vía organizada caudal desde el núcleo vestibular proyectándose a través de la región cervical de la médula espinal (Buttner-Ennever, 1999; Zapala & Brey, 2004). Las vías neuronales también difieren en función de la parte del nervio vestibular activada. La rama superior del nervio vestibular inerva la ampolla del canal semicircular superior/horizontal y el utrículo y constituye el origen de la vía rostral. La rama inferior del nervio vestibular inerva la ampolla del canal semicircular posterior y el sáculo (Buttner-Ennever, 1999). El VEMP también nos ayuda a comprender mejor el sistema vestibuloespinal y los procesos patológicos relacionados. El sistema vestibuloespinal medial contribuye a los movimientos finos de ojos, cabeza y cuello, mientras que el sistema vestibuloespinal lateral contribuye al tono extensor directo del cuello y de los músculos antigravitatorios (Zapala & Brey, 2004). Aunque no se conoce todavía la naturaleza exacta de todas las vías del reflejo del VEMP, parece que el VEMP puede ser sensible a las lesiones que afectan al sáculo, al nervio inferior vestibular y a las vías vestibulares (Shimizu, Murofushi, Sakurai, & Halmagyi, 2000).
Las respuestas del VEMP han sido satisfactoriamente registradas en humanos monoauralmente o biauralmente mediante clics y ráfagas de tonos (Welgampola & Colebatch, 2001b). Aunque ambos estímulos pueden provocar el VEMP, se han obtenido umbrales a intensidades de estímulo más bajas con las ráfagas de tonos respecto a los clics. Todd, Cody y Banks (2000) han demostrado que la respuesta del VEMP presenta una afinación de frecuencia bien definida, con una respuesta máxima entre los 300 y los 350 Hz. Akin, Murnane y Proffitt (2003), Janky y Shepard (2009), y Rauch, Zhou, Kujawa, Guinan y Herrmann (2004) han mostrado que las ráfagas de tonos de 500-Hz permiten registrar VEMP en umbrales más bajos y con una mayor amplitud de respuesta. Otros datos en la bibliografía (Cheng, Huang y Young, 2003; Sheykholeslami, Murofushi, Kemany y Kaga, 2000) apoyan esta noción, indicando que la ráfaga de tonos de 500-Hz provoca un VEMP de mayor magnitud, mientras que se mantiene al sujeto cómodo a niveles de estimulación más bajos.
La magnitud de la respuesta del VEMP está directamente correlacionada con el grado de contracción muscular tónica del músculo SCM en el cuello (Akin et al., 2004; Colebatch et al., 1994). Son necesarios sistemas de registro específicos de electromiografía (EMG) para monitorizar la contracción muscular tónica, y estos aparatos no se encuentran disponibles en la mayoría de los ambientes cínicos. El reto asociado a conseguir un control efectivo de la actividad muscular ha impedido la realización de un diagnóstico completo del VEMP en el ámbito clínico. Vanspauwen, Wuyts y Van De Heyning (2006b) han desarrollado una técnica para monitorizar la contracción del músculo SCM empleando un manómetro de presión sanguínea (MPS) clínico con manguito y han demostrado que esta técnica es una alternativa válida a las medidas de EMG. Una investigación publicada recientemente por Janky y Shepard (2009) también ha confirmado que es viable utilizar la técnica del MPS en poblaciones normales de edad avanzada con medidas similares de umbral y latencia. Maes, Vinck, et al. (2009) modificaron la técnica de Vanspauwen et al. colocando el manguito del manómetro de presión sanguínea directamente en el reposacabezas. Maes, Vinck, et al. mostraron que los VEMP registrados con este método basado en un MPS modificado presentan una excelente reproducibilidad, tanto en el mismo sujeto como entre diferentes sujetos, y unos parámetros de respuesta similares en comparación con los datos disponibles en la literatura en la que se realizó una monitorización con EMG. Maes, Vinck, et al. también informaron de que el método disponible de retroalimentación utilizando un MPS es una alternativa viable en un ambiente clínico controlado cuando el registro mediante EMG no se encuentre disponible. Aunque el método modificado presentado por Maes, Vinck, et al. (Véase también Maes, Dhooge, et al., 2009) ha mostrado resultados fiables, no es de fácil accesibilidad clínica debido a que se emplea para los registros una silla y un reposacabezas hechos a medida.
Los cambios morfológicos relacionados con la edad que afectan al sistema vestibular están bien documentados. Se ha documentado una pérdida de células vellosas vestibulares (Rosenhall, 1973), una pérdida de fibras del nervio vestibular (Bergstrom, 1973), así como una disminución de cuerpos celulares en el ganglio de Scarpa (Richter, 1980). Aunque estos cambios son significativos, las pruebas de funcionalidad del RVO solamente han mostrado cambios mínimos con la edad. Estos efectos de la edad no se correlacionan bien con los cambios morfológicos observados en el sistema vestibular en las pruebas tradicionales de la VNG y de la silla giratoria del RVO (Mulch y Petermann, 1979; Peterka, Black, & Schoenhoff, 1990). En contraste, sí se han detectado efectos del envejecimiento sobre parámetros relacionados con el VEMP mediante una monitorización con EMG; por lo tanto, se debe tener en cuenta la edad del paciente cuando se interprete una anormalidad en la respuesta de VEMP. El hallazgo más consistente de los efectos de la edad en parámetros del VEMP ha sido una disminución de la amplitud pico a pico con el aumento de la edad. (Ochi y Ohashi, 2003; Su, Huang, Young y Cheng, 2004; Welgampola y Colebatch, 2001a; Zapala y Brey, 2004). Se ha observado en algunos estudios que las latencias absolutas de pico también se incrementan significativamente con la edad (Brantberg, Granath, y Schart, 2007; Ochi y Ohashi, 2003; Zapala y Brey, 2004).
Una limitación de los datos recogidos por la literatura anterior sobre los estudios de VEMP relacionados con la edad es que en la mayoría de los estudios de VEMP se ha empleado el método de EMG para la monitorización muscular, por lo que no siempre es posible establecer comparaciones directas entre estos estudios (Maes, Vinck, et al., 2009). En la mayoría de los estudios de EMG publicados, el nivel de actividad muscular se ha monitorizado mediante un dispositivo visual requiriendo que el sujeto mantenga un objetivo entre 50 y 200µV. A menudo no se monitoriza el nivel exacto de contracción muscular sino un rango de respuesta general. Solo los estudios monitorizados por EMG de Isaradisaikul et al. (2008) y C. Wu, Young, y Murofushi (1999) han utilizado niveles de contracción muscular fijados y preestablecidos. Además, los sistemas de EMG no se encuentran disponibles en la mayoría de instalaciones clínicas por lo que existe una necesidad de investigar sobre nuevos métodos y modificaciones de los anteriores.
Aunque el método de la presión sanguínea para monitorización de la contracción muscular es una medida indirecta de la actividad EMG, en todos los estudios publicados anteriormente sobre el VEMP se ha empleado un nivel de presión prefijado (40 mm Hg). Los principales objetivos de este estudio fueron el establecimiento de datos normalizados para adultos jóvenes y ancianos, empleando un nuevo método de estabilización modificado con MPS para las medidas de VEMP y evaluar con esta técnica posibles cambios relacionados con la edad en parámetros de respuesta del VEMP. Nuestro objetivo global fue establecer un protocolo clínicamente accesible para registrar la respuesta del VEMP para utilizarlo en futuras evaluaciones vestibulares en pacientes con vértigo.
Métodos
Participantes
Los participantes se asignaron a tres grupos empleando un método estático no probabilístico basado en su edad. En este estudio se evaluaron un total de 29 participantes sanos. El grupo 1 lo constituyeron 11 adultos jóvenes (seis hombres y cinco mujeres) entre 20 y 30 años de edad (rango = 23–30, M = 26.83). El grupo 2 comprendía nueve adultos (cuatro mujeres y cinco hombres) en edades comprendidas entre los 65 y los 74 años (rango = 65–71, M = 67.7), y el Grupo 3 lo constituyeron 9 adultos (cuatro mujeres y cinco hombres) entre los 75 y los 85 años de edad (rango = 75–84, M = 78.7).
Los participantes más jóvenes se reclutaron de la población de estudiantes graduados en el Centro Médico de la Universidad de Kansas (KUMC), y los participantes mayores se reclutaron de la base de datos del laboratorio de Grayhawk en el Landon Center of Aging del KUMC. Los participantes eran excluidos del estudio si presentaban antecedentes de patologías vestibulares y/o neuromusculares, problemas cervicales, vértigo o más de una caída en el año anterior. En todos los sujetos del estudio se realizó bilateralmente un estudio de timpanometría (Grason-Stadler TympStar) y de los umbrales de conducción aérea-ósea con tono puro a 500-Hz (Grason-Stadler GSI 61 audímetro clínico) para verificar una función correcta del oído medio y confirmar que no había una brecha aire-hueso mayor de 10 dB HL (Green, 1978). Antes de la participación, todos los sujetos incluidos en este estudio firmaron un consentimiento informado aprobado por el Comité de Sujetos Humanos del KUMC.
Estímulos de VEMP
Todas las pruebas de VEMP se completaron mediante el uso de un sistema convencional de potencial evocado auditivo (PEA) (Bio-logic Navigator). El estímulo de sonido fue una ráfaga de tonos de rarefacción de 500-Hz (tiempo aumento/disminución = 2 ms, meseta = 1 ms), presentado en el oído ipsilateral mediante un auricular de inserción Etymotic Research ER-3A a un ritmo de 5,1/s. Se ha demostrado que estos parámetros son los que proporcionan las respuestas de VEMP más solidas frente a las menores intensidades de sonido. (Akin et al., 2003; Cheng y Murofushi, 2001; Welgampola y Colebatch, 2001a; C. Wu et al., 1999). Se comenzó con ráfagas de tonos de 500 Hz a 95 dB nHL (equivalente a 130 dB SPL), y se fueron reduciendo en pasos de 10 dB hasta que el VEMP resultó irreconocible, y después se fueron incrementando escalonadamente en 5 dB hasta que reapareció la respuesta.
Registros de VEMP
Todos los registros de VEMP se realizaron en una cabina de sonido insonorizada (Laboratorio de PEA, Departamento de Audición y Logopedia del KUMC). Se obtuvieron registros de un solo canal de la actividad de la electromiografía superficial mediante electrodos de disco de 10 mm bañados en oro a partir de las partes derecha e izquierda del cuello del sujeto. El electrodo principal (no invertido) se colocó en la piel en el punto más prominente del músculo SCM, el electrodo secundario (invertido) se colocó en la unión esternoclavicular y el electrodo a tierra se colocó en la frente (véase la Figura 1; Maes, Dhooge, et al., 2009; Maes, Vinck, et al., 2009; Vanspauwen et al., 2006a, 2006b). La impedancia de los electrodos de registro se mantuvo por debajo de 5 k? mediante la limpieza exhaustiva de la piel con un gel para disminuir la impedancia (Omniprep, Weaver) antes de aplicar los electrodos. La respuesta electrofisiológica fue filtrada con un paso de banda (10–1500 Hz) y amplificada 5.000 veces. Las respuestas fueron promediadas para cada onda, y se verificaron al menos dos respuestas repetibles en cada nivel de estímulo. Las ondas se inspeccionaron visualmente y se confirmó que presentaban respuestas positivas y negativas en cada latencia designada.
Procedimiento de contracción muscular tónica del SCM
El método de MPS retroalimentado se empleó para monitorizar la contracción del músculo SCM mediante el protocolo de evaluación de VEMP. Se utilizó un MPS con manguito inflable (Welch-Allyn) con una esfera de manómetro de gran tamaño. Los participantes se sentaron en una silla cómoda con la espalda apoyada en el respaldo sin sujeción en la cabeza ni en el cuello. A diferencia de estudios previos donde se les pedía a los participantes sujetar en la mano el MPS (Vanspauwen et al., 2006a, 2006b), el manguito del manómetro se sujetó bien a una barra de metal redonda de 1,5 pulgadas con unas abrazaderas de fijación de cloruro de polivinilo (PVC) de 4,5 pulgadas (véase la Figura 1). Esta abrazadera de fijación mantuvo el manguito del MPS asegurado a la barra metálica y permitió el inflado del manguito solo hacia adelante (hacia la barbilla); de este modo, la mano contralateral de los participantes no podía crear fluctuaciones en el MPS durante la prueba. El manguito del MPS podía ser ajustado verticalmente a las diferentes estaturas de los participantes. El manguito se infló a un nivel estándar pretestado de 20n mm Hg hasta que se formaba una almohadilla (Maes, Dhooge, et al., 2009; Maes, Vinck, et al., 2009; Vanspauwen et al., 2006a, 2006b). En los estudios de Vanspauwen et al. (2006a, 2006b) los sujetos sujetaban el MPS en la mano lo que podía introducir una variabilidad adicional sí los sujetos aplicaban directamente la fuerza al MPS con su mano en vez de girar la barbilla.
Cuando se evaluó el oído ipsilateral, se le pidió al sujeto que flexionara la cabeza hacia abajo aproximadamente 30º y que la girara aproximadamente 30° hacia el hombro contralateral, sin doblar el cuello de forma que acercase la oreja al hombro. Mientras aseguraba el manguito a la barra con la mano contralateral, el sujeto podía empujar la barbilla contra el manguito generando una presión de 40 mm Hg en la esfera de gran tamaño del manómetro (véase la Figura 1).
Estudios anteriores indican que la presión de 40 mm Hg es una presión media más fiable para los registros de VEMP que la de 30 ó 50 mm Hg cuando se emplea el método del MPS (Maes, Vinck, et al., 2009; Vanspauwen et al., 2006a, 2006b). Se entrenó a los participantes para mantener este nivel de presión durante la prueba mediante la visualización de la esfera del manómetro. (Se aceptaron variaciones pequeñas de 2 mm Hg por encima o por debajo de los 40 mm Hg). Los participantes fueron monitorizados todo el tiempo por un ayudante de investigación para asegurarse de que se mantenían los requisitos. Se permitió a los participantes periodos cortos de descanso entre las repeticiones de los registros VEMP para cada nivel de intensidad. Antes de la prueba, se dio información a los participantes sobre el procedimiento y se les hizo una demostración de la posición correcta de la cabeza que practicaron posteriormente para asegurar el entendimiento y la comprensión de los procedimientos.
Parámetros de respuesta de VEMP
Las respuestas de VEMP se analizaron y se consideraron presentes si los picos eran reproducibles y confirmados visualmente por las ondas positivas y negativas apropiadas. Todos los parámetros de VEMP se obtuvieron con ráfagas de tonos grabados a 95 dB nHL (130 dB SPL). Los primeros picos positivos y negativos se denominaron como P1 y N1 respectivamente. Se promediaron dos ondas repetibles de 150 estímulos cada una y se calculó la amplitud pico a pico N1-P1 a partir de esta onda calculada. También se calcularon los índices de diferencias de amplitud interaureal (DAI) entre los oídos con la siguiente fórmula:
(AR ? AL) / (AR ?? AL) ? 100,
donde AR = P1-N1 es la amplitud pico a pico del oído derecho, y AL = P1-N1 es la amplitud pico a pico del oído izquierdo. Las latencias absolutas P1 y N1 también fueron medidas a partir de la onda calculada.
Se obtuvieron los umbrales de respuesta de VEMP. Los umbrales se definieron como el nivel mínimo de intensidad que permite replicar e identificar visualmente la respuesta de VEMP (Ochi y Ohashi, 2003; Su et al., 2004; Welgampola y Colebatch, 2001a).
Se realizó un análisis de varianza entre los sujetos utilizando el programa de análisis estadístico SPSS Versión 16.0 para analizar las diferencias de medias en los parámetros de VEMP (amplitud, latencia, umbral y DAI) entre los tres grupos de edad del estudio. En el análisis post hoc se empleó la prueba de diferencias honestamente significativas de Tukey (DHS) para analizar las diferencias pareadas específicas de cada grupo de edad. Las diferencias fueron consideradas significativas con una p < 0,05.
Resultados
Los VEMP se registraron satisfactoriamente de forma bilateral en los 29 participantes. La figura 2 muestra una representación típica de las ondas de VEMP observadas en este estudio. Al igual que en otros estudios que han utilizado el MPS (Maes, Dhooge, et al., 2009; Maes, Vinck, et al., 2009; Vanspauwen et al., 2006a, 2006b), los valores medios se determinaron a un estímulo acústico de 95 dB nHL y a un nivel en el que se obtuviese un 100% en la tasa de respuesta para los oídos con una funcionalidad del oído medio normal. La media global de las latencias P1 y N1 fue de 16,0 ± 1,7 ms y 24,2 ± 2,4 ms, respectivamente; la media de las amplitudes pico a pico P1-N1 fue de 101,57 ± 70,0 ?V; la media global de los umbrales fue de 80,3 ± 4,6 dB nHL, y la media de los DAIs en el grupo total fue de 15,7% ± 13,9%. No se encontraron diferencias significativas entre el oído derecho e izquierdo ni entre sexos en ningunos de los parámetros de respuesta mencionados anteriormente (véase la Tabla 1). Al no encontrase diferencias significativas entre la derecha e izquierda ni entre sexos, para otros análisis, se promediaron los datos de los 2 oídos en cada paciente y los datos entre sexos se combinaron dentro de cada categoría de edad.
Datos de grupo
En la Tabla 2 se muestra un resumen del análisis estadístico por grupos. Se observó una diferencia estadísticamente significativa en las amplitudes pico a pico del VEMP entre los grupos (F = 20,10, p = 0,001). Las comparaciones de muestras pareadas del análisis post hoc de Tukey HSD mostraron que la amplitud obtenida en el Grupo 1 resultó ser significativamente mayor que las amplitudes del Grupo 2 y del Grupo 3 (p = 0,001; véase la Figura 3). Las latencias P1 y N1 no presentaron diferencias significativas entre los tres grupos de edad (p = 0,539 y p = 0,068, respectivamente). El porcentaje de DAI también resultó ser estadísticamente equivalente entre los grupos de edad (p = 0,234). Como se observa en la Figura 4, existen diferencias significativas en los umbrales de VEMP entre los grupos de edad (F = 8,77, p = 0,003). Las comparaciones post hoc confirmaron que los umbrales medios del Grupo 1 fueron significativamente inferiores a los umbrales de los Grupos 2 y 3 (Tukey HSD, p = 0,001 y p = 0,001, respectivamente).
Discusión
La media absoluta de la DAI utilizando el método de retroalimentación del MPS en nuestros participantes fue de 15,7 ± 13,9 ?V. Este valor es inferior y menos variable que las diferencias observadas por Maes, Vinck, et al. (2009) de 33,80 ± 28,33 ?V y de 40,2 ± 29,5 ?V por Vanspauwen et al. (2006b), utilizando una aproximación similar, aunque estas diferencias no se compararon estadísticamente. Además, el manguito de presión sanguínea de nuestro estudio se sujetó de forma segura a una barra estable, proporcionando una postura única y repetible para la prueba, esta modificación puede ser fácilmente incorporada en cualquier ámbito clínico. Este protocolo garantiza que el sujeto solo pueda aplicar la presión correcta al manguito con una posición correcta de la cabeza. En el estudio de Vanspauwen et al. (2006a, 2006b) los pacientes podían falsear la respuesta de forma inconsciente al ejercer con la mano fuerza sobre el manguito. Nuestro protocolo también proporciona una flexión estable del cuello hacia delante, lo que resulta en una contracción del músculo subjetivamente más “sencilla” en cada repetición del test, mientras que los estudios de Maes, Dhooge, et al. (2009) y Maes, Vinck, et al. (2009) emplearon un movimiento de “lateroflexión”. Por todo ello, las diferencias entre los protocolos de prueba han podido contribuir a una contracción más uniforme durante la recopilación de datos del presente estudio.
Amplitud pico a pico de VEMP
Las medidas de la amplitud entre picos se han considerado como un parámetro fiable para establecer comparaciones en el mismo paciente VEMP (Isaradisaikul et al., 2008; Maes, Vinck, et al., 2009) pero se ha observado que aportan una mayor variabilidad entre diferentes sujetos. En nuestro estudio observamos una disminución significativa en la amplitud VEMP en los 2 grupos de mayor edad en comparación con la amplitud media del grupo más joven (véase la Figura 3). No se apreciaron diferencias significativas entre los dos grupos de mayor edad. Esta disminución relacionada con la edad, es consistente con datos previos de amplitud empleando monitorización con EMG (Lee, Cha, Jung, Park y Yeo, 2008; Ochi y Ohashi, 2003; Su et al., 2004; Welgampola y Colebatch, 2001a; Zapala y Brey, 2004) y se ha demostrado que es independiente de cualquier reducción del tono o fuerza muscular relacionada con la edad (Brantberg et al., 2007; Welgampola y Colebatch, 2001a).
Hasta la fecha, solo otros dos estudios de VEMP han recopilado datos relacionados con la edad utilizando monitorización de músculo con MPS. Maes, Dhooge, et al. (2009) mostraron una relación negativa entre la amplitud y la edad, aunque como hemos comentado anteriormente su método de MPS empleaba un movimiento de cabeza con lateroflexión y un método de medida de VEMP menos accesible clínicamente que en este estudio. A diferencia de lo que se describe habitualmente en la bibliografía, en los trabajos de investigación de VEMP de Janky y Shepard (2009) no se observó una reducción de la amplitud de VEMP en función del aumento de la categoría de edad a unos ráfagas de tonos de 500 Hz. Los resultados observados por Janky y Shepard, por lo tanto, pueden deberse a la utilización de parámetros de estímulo diferentes, especialmente el nivel de estimulación (123 dB SPL) y las tasas de repetición (13,3/s). Debido a que uno de los objetivos del estudio de Janky y Shepard fue estimar las curvas de respuesta en el umbral, los parámetros de estímulo que emplearon (similares a los registrados por Rauch et al., 2004) fueron muy distintos a los utilizados en este estudio y en otros estudios anteriores de VEMP que describen cambios en la amplitud. Se han documentado tasas de respuesta más bajas y disminuciones en la amplitud en tasas de repetición mayores de 10 Hz para el estímulo de clics (C. Wu y Murofushi, 1999). Aunque estas tasas no son totalmente comprendidas, normalmente se atribuyen a una adaptación en el sistema vestibular (C. Wu y Murofushi, 1999). Como mencionaron Janky y Shepard, tampoco se sabe si este mecanismo de adaptación se incrementa en una población envejecida, y si contribuye a la reducción en los parámetros de VEMP que observada en su estudio. Las amplitudes medias de VEMP y las desviaciones estándar registradas en este estudio fueron comparables a otras monitorizadas mediante EMG en estudios en poblaciones envejecidas (Basta, Todt, y Ernst, 2005; Cheng et al., 2003; Isaradisaikul et al., 2008; Wang y Young, 2004; H. Wu, Shiao, Yang, y Lee, 2007).
De forma similar a los resultados de otros estudios morfológicos del sistema vestibular, se ha observado que la amplitud de VEMP disminuye poco a poco con la edad hasta la sexta década de vida aproximadamente, etapa en la que la disminución comienza a hacerse más evidente (Basta et al., 2005; Su et al., 2004; Welgampola y Colebatch, 2001a). Esta disminución después de la sexta década de vida no se ha observado de forma consistente en otros datos de función vestibular, como ganancia en el RVO, pero es incluso más pronunciada que los cambios anatómicos observados en el sistema vestibular (Peterka et al., 1990). La disminución de la amplitud del VEMP podría ser un indicador de pérdida de función sacular previa a los cambios histológicos degenerativos (Welgampola y Colebatch, 2001a) o cambios en la integridad del reflejo vestíbulo cólico. Estudios anteriores en población envejecida también han mostrado un deterioro similar en los patrones de marcha, principalmente a partir de la sexta década de la vida (Blanke y Hageman, 1989; Murray, Kory y Clarkson, 1969). Aunque en los presentes datos no se pueden visualizar cambios de amplitud significativos debido al limitado rango de categorías de edad analizadas, basándonos en las tendencias observadas y en datos publicados previamente, estos cambios constituyen una suposición fiable en base a la bibliografía previa.
Tradicionalmente, no se ha observado una relación consistente entre el deterioro morfológico en el sistema vestibular y la ganancia en el VRO a través de la evaluación por pruebas giratorias y calóricas (Mulch y Petermann, 1979; Peterka et al., 1990), y estos cambios morfológicos han sido atribuidos a posibles redundancias y adaptaciones centrales dentro del sistema vestibular (Enrietto, Jacobson y Baloh, 1999; Peterka et al., 1990). Es posible que estas características adaptativas centrales asumidas sean menos frecuentes en la porción otolítica del sistema vestibular, y/o que el sistema otolítico sea más susceptible a los cambios relacionados con el proceso de envejecimiento. El deterioro de la amplitud del VEMP se ha atribuido mayormente a la disminución anteriormente mencionada de células pilosas vestibulares y de neuronas en el ganglio de Scarpa, a los cambios en el complejo nuclear vestibular y a una posible degeneración del sáculo (Johnsson, 1971; Merchant et al., 2000; Tang, Lopez y Baloh, 2001/2002). Otro factor posible para la disminución de la amplitud podría ser una disminución de las células pilosas específicas del sáculo (posiblemente las células de Tipo I en la mácula sacular) o de las fibras específicas del nervio vestibular (descarga irregular de las fibras aferentes primarias) que se han relacionado con las respuestas del VEMP (Brantberg et al., 2007; Murofushi y Curthoys, 1997). No se han distinguido histológicamente lugares anatómicos específicos, por ello es posible que la disminución de la amplitud relacionada con la edad se deba a la combinación de múltiples áreas y mecanismos de la vía neural en el VEMP.
Latencia P1 y N1 del VEMP
No se detectaron diferencias en las latencias P1 o N1 entre los grupos de edad. Este hallazgo es consistente con varios estudios previos sobre parámetros del VEMP (Basta et al., 2005; Su et al., 2004; Welgampola y Colebatch, 2001a) pero es contrario a los datos de otros estudios que indican prolongaciones de la latencia relacionadas con la edad (Brantberg et al., 2007; Lee et al., 2008; Zapala y Brey, 2004). Sin embrago, se ha observado que las diferencias en la latencia del VEMP son variables en función del estímulo (por ejemplo, clics frente a ráfagas de tonos) y de los parámetros del estímulo (tiempos de subida/bajada), que pueden contribuir a los resultados contradictorios entre estudios (Akin et al., 2003; Basta et al., 2005; Zapala y Brey, 2004). La prolongación de las latencias del VEMP puede deberse también a cambios relacionados con los ajustes en el procesamiento del sistema nervioso central de los cambios del sistema otolítico o a diferencias en las tasas de conducción periférica a lo largo de la vía. Las investigaciones futuras deben centrase en la evaluación de las diferencias en la latencia del VEMP con el fin de utilizarse como herramienta clínica. El uso de regímenes de preselección integral, como el utilizado en este estudio, puede contribuir a un mayor control, al incorporar participantes sin patologías vestibulares aparentes, mientras que los protocolos de pruebas estandarizados deberían ofrecer oportunidades para comprender mejor los resultados inconsistentes recogidos en la literatura acerca de las latencias.
Umbral de VEMP
Los umbrales del VEMP proporcionan información de los niveles mínimos de estimulación necesarios para activar las neuronas vestibulares aferentes del sáculo. Los umbrales del VEMP de los dos grupos mayores resultaron significativamente superiores que los del grupo más joven (véase la Figura 4). Se ha demostrado que los umbrales en adultos varían entre los 75 y 100 dB nHL, pero casi no se han documentado en estudios de VEMP (Akin et al., 2003). Ochi, Ohashi, y Nishino (2001) indicaron que los umbrales fueron el parámetro de VEMP más fiable y útil, aunque estos umbrales no han sido siempre divulgados por miedo a provocar fatiga muscular. Los resultados de este estudio son consistentes con los cambios en los umbrales de VEMP relacionados con la edad observados por Janky y Shepard (2009), Maes, Dhooge, et al. (2009), Ochi y Ohashi (2003), y Welgampola y Colebatch (2001a). Los cambios en los umbrales con la edad son presumiblemente secundarios a la degeneración mencionada anteriormente del sistema vestibular y se relacionan posiblemente con una ampliación de las curvas de sintonización vestibulares tras los cambios neuronales que ocurren como consecuencia del envejecimiento y/o patologías (Janky y Shepard, 2009).
Índice del DAI
Los índices de la DAI muestran la relación de las diferencias de VEMP entre ambos lados. Se ha demostrado que los índices de la DAI van del 0% al 40% en sujetos sanos normales, independientemente del método utilizado para medir la actividad muscular (Akin y Murnane, 2001). Li, Houlden, y Tomlinson (1999) observaron DAIs del 37% mientras monitorizaban el nivel de EMG en el músculo SCM, y Welgampola y Colebatch (2001b) han documentado un promedio de los DAIs del 22%. La DAI media en nuestro estudio fue del 15,7% ± 13,9%, que es moderadamente inferior de las observadas en la mayoría de estudios publicados de VEMP lo que sugiere una buena correlación entre oídos cuando se utiliza el método de monitorización muscular con el MPS. No se observaron diferencias significativas en el DAI entre grupos, lo que también resulta consistente con otros estudios de VEMP relacionados con la edad (Basta, Todt y Ernst, 2007; Janky y Shepard, 2009; Lee et al., 2008; Maes, Vinck, et al., 2009; Ochi y Ohashi, 2003; Su et al., 2004). Por consiguiente, parece que los cambios en el sistema vestibular relacionados con la edad, detectados con los VEMP afectan a los dos lados por igual. Esta información puede ser importante para la utilidad clínica de los VEMP, ya que se pueden establecer comparaciones entre los oídos cuando se sospecha de una patología o déficit unilateral sin tener en cuenta los posibles efectos de la edad. Sin embargo, la edad debe tenerse en cuenta cuando se sospecha de una patología bilateral.
Efectos dependientes del sexo
No se observaron diferencias significativas en los parámetros de respuesta del VEMP (amplitud, latencia, umbral o DAI) entre sexos u oídos (derecho frente a izquierdo) para ningún grupo de edad. Estudios previos (Akin et al., 2003; Brantberg et al., 2007; Brantberg y Fransson, 2001; Janky y Shepard, 2009; Lee et al., 2008; Welgampola y Colebatch, 2001b) también encontraron una equivalencia en la amplitud y en la latencia entre sexos. Brantberg et al. (2007) y Lee et al. (2008) observaron diferencias en las latencias entre sexos, pero estos resultados son contradictorios respecto a otros trabajos de investigación (Akin et al., 2003; Basta et al., 2005). Se han observado diferencias en las latencias entre sexos en los PEA, debido a diferencias en el tamaño de la cabeza, a las distancias a las estructuras troncoencefálicas y a una posible velocidad de transmisión más alta (Nikiforidis, Tsambaos, Karmitsos, Koutsojannis y Georgiou, 1993). Debe tenerse en cuenta que estos resultados son contrarios a las investigaciones recientes de VEMP que documentan unos componentes de latencia mayores en las mujeres (Lee et al., 2008). Por ello, se requieren investigaciones adicionales en este área antes de poderse estudiar los posibles efectos dependientes del sexo.
Conclusiones
El objetivo de este estudio era cuantificar el deterioro relacionado con la edad del sistema vestibular, utilizando para ello un método modificado para registrar el VEMP con MPS. La relación única entre los parámetros de respuesta del VEMP y la contracción del músculo SCM debe controlarse de forma adecuada para que el VEMP sea clínicamente relevante. Las medias rectificadas de los registros de EMG del músculo SCM siguen constituyendo el método de monitorización de preferencia pero a menudo no están disponibles en el ámbito clínico. Este estudio ha mostrado que un método MPS controlado estrictamente puede proporcionar medidas de registro de VEMP comparables con un equipo de fácil acceso en la práctica clínica cuando no sea posible el registro mediante EMG. Mediante la sujeción del manguito de presión sanguínea de forma segura a una barra anclada, hemos mostrado que se pueden obtener respuestas consistentes y relacionadas con la edad, mientras que las medidas de amplitud, el umbral, y las respuestas del DAI son comparables a las de otros estudios de EMG.
La habilidad para registrar respuestas de VEMP mientras se monitoriza indirectamente la contracción muscular sin un equipo de rectificación de EMG, aumentará la viabilidad clínica de la medida de los VEMP para el estudio de los afecciones vestibulares. Nuestros resultados confirman que son necesarios datos de normalización adecuados para cada edad para permitir la necesaria estandarización del método de VEMP para aplicarlo a poblaciones de ámbito clínico.
Agradecimientos
Este trabajo ha sido financiado gracias a la ayuda concedida por el School of Allied Health Research al Dr. Nandini Deshpande, Centro Médico de la Universidad de Kansas, Kansas City, Kansas.
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Traducido con autorización del artículo «Encuesta a estudiantes universitarios usuarios de reproductores de MP3: hábitos, aspectos de seguridad, actitudes y nivel de información» por Brandon M. Tourtillott, John A. Ferraro, Ali Bani-Ahmed, Elaine Almquist y Nandini Deshpande (American Journal of Audiology, vol. 19, 100-108, diciembre 2010, http://aja.pubs.asha.org/journal.aspx). Este material ha sido originalmente desarrollado y es propiedad de la American Speech-Language-Hearing Association, Rockville, MD, U.S.A., www.asha.org. Todos los derechos reservados. La calidad y precisión de la traducción es únicamente responsabilidad de CLAVE.
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Translated, with permission, from «Age-Related Changes in Vestibular Evoked Myogenic Potentials Using a Modified Blood Pressure Manometter Feedback Method» by Brandon M. Tourtillott, John A. Ferraro, Ali Bani-Ahmed, Elaine Almquist and Nandini Deshpande (American Journal of Audiology, vol. 19, 100-108, December 2010, http://aja.pubs.asha.org/journal.aspx). This material was originally developed and is copyrighted by the American Speech-Language-Hearing Association, Rockville, MD, U.S.A., www.asha.org. All rights are reserved. Accuracy and appropriateness of the translation are the sole responsibility of CLAVE.
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