Preparar el próximo curso: Los detalles marcan la diferencia
Melissa Grisswold, Mainstream News, 2011: Vol. 30, nº 5, Mayo/Junio 2011.
El final de curso es el momento de celebrar el esfuerzo realizado y el progreso conseguido conjuntamente entre el profesor y sus alumnos. Es, además, el momento de asegurar que se abordan los detalles que son fundamentales para que el alumno con pérdida auditiva tenga acceso a la información y el apoyo necesario desde el primer día del nuevo curso. Hemos propuesto a nuestros profesores de sordos que trabajan en la integración de los alumnos al sistema educativo ordinario que compartan con nosotros los pasos que, según su experiencia, se han de seguir para facilitar la transición de un curso a otro:
Se debe seleccionar con cuidado a los profesores. Somos conscientes de que no siempre es posible elegir a los profesores que tendrá el alumno el próximo curso. No obstante, siempre que sea posible, es importante en beneficio del alumno, que la selección del profesorado sea una parte importante del proceso de planificación. Un profesor motivado que sea lo suficientemente flexible y cuyo estilo de enseñanza se pueda adaptar a un alumno con necesidades especiales será capaz de realizar una labor más eficaz. Si el estilo comunicativo del profesor también se adecúa a las necesidades auditivas y de lectura labial que tiene el alumno, éste escuchará, entenderá mejor y su progreso escolar será mayor.
Sea concreto al trasladar la información al profesor/equipo del próximo curso. Puede ser que el profesorado del próximo curso no tenga ninguna experiencia de haber trabajado con un alumno con pérdida auditiva. Puede incluso que si tienen alguna experiencia, necesiten adaptar las estrategias que le funcionaron con ese alumno al que van a recibir ahora. Haga una reflexión acerca de lo que usted aprendió con este alumno tanto en el aula como en otros momentos de la jornada escolar. ¿Cómo hacía para facilitarle el acceso al currículo? ¿Qué estrategias de comunicación le funcionaban mejor con este alumno? ¿Con qué dificultades se encontraba? Tenga en cuenta que puede recurrir a los cuestionarios publicados en la página de CLAVE, que le ayudarán a organizar y compartir esta información. Están disponibles en el Boletín Clarke una clave para la integración escolar, Vol. IV, nº 8, junio 2011, en el artículo ¡PÁSELA! Recopilar toda la información del alumno para trasladársela al equipo del próximo curso.
Involucre al alumno para que colabore en la recopilación de información para el nuevo curso. ¿Qué información considera cada alumno que es más importante trasladar al profesorado y a los compañeros del nuevo curso y cómo le gustaría compartir con ellos dicha información? Hemos trabajado con alumnos que han elaborado guías sencillas con la ayuda de sus padres o de un profesor, han escrito cartas a los profesores, han elaborado folletos con estrategias “útiles” y las que “ no lo son” o bien han diseñado presentaciones en Power Point, han filmado un vídeo (make “imovies”), etc. Estas ideas se pueden comenzar en primavera o bien se pueden realizar durante los “días lluviosos” del verano.
Compruebe la acústica del aula donde estará el alumno. El aula adecuada para un alumno con pérdida auditiva es aquella en la que todos los ruidos que no son necesarios están bajo control. Lo idóneo sería que el suelo estuviera enmoquetado, que las paredes y el suelo dispusieran de aislamiento acústico y que el aula se encontrara alejada de otras estancias ruidosas, como el gimnasio o la cafetería, y también del sistema de ventilación del edificio u otras fuentes de ruido constante. Si se pudiese determinar la ubicación del aula con antelación, se podrían realizar las reformas oportunas, como la colocación de moqueta o paneles acústicos, antes del comienzo del curso. Si no fuera posible enmoquetar el aula, se deberá colocar un material protector en las patas de sillas y mesas, de manera que no hagan ruido al desplazarse. Si el colegio tiene más de una planta, habrá que considerar también el ruido procedente del aula de la planta superior, especialmente en lo que se refiere al desplazamiento de las sillas.
Puede encontrar más información sobre este tema en la web de Clave: Accesibilidad/Espacios adaptados/Aulas: condiciones físicas.
Asegúrese que el equipo de FM del alumno funciona perfectamente antes del primer día de clase. La revisión deberá incluir el envío del equipo a un servicio externo durante el verano y la evaluación del alumno por parte del audiólogo que se encarga del sistema FM con la finalidad de que compruebe que la configuración establecida es la adecuada para sus necesidades auditivas.
Fije una fecha para la reunión con el equipo de orientación. En algunos colegios, la fecha idónea es un día o dos antes de que empiecen las clases. En otros, es preferible fijarla antes que finalice el presente curso. En cualquier caso, lo importante es asegurarse de que la reunión se programe contemplando que puedan estar presentes durante toda la reunión tanto los profesores como el personal de apoyo. Planifique el tiempo necesario para que un profesional con experiencia pueda llevar a cabo una formación básica sobre la deficiencia auditiva y responder a las preguntas que se planteen. Estos encuentros pueden servir para infundir confianza a los profesores que se enfrentan por primera vez al trabajo con un alumno con deficiencia auditiva.
Empiece cuanto antes la búsqueda de medios audiovisuales con subtítulos. Proponga a los profesores del próximo curso que revisen el programa de estudios y le indiquen los vídeos que precisan en las diferentes unidades didácticas. Identifique los vídeos que están sin subtitular y busque alternativas entre los que sí cuentan con ellos.
Puede consultar la página web del CESyA, Centro Español de Subtitulado y Audiodescripción, www.cesya.es, que incluye una base de datos de obras subtituladas.
Son muchas las aplicaciones que puede descargarse gratuitamente para subtitular aquellos vídeos colgados en youtube que le interesen; realice una búsqueda estando en el portal youtube con las palabras subtitular videos. También puede recurrir a los vídeos ya subtitulados pinchando en el recuadro rojo con las letras cc que aparece en la parte inferior derecha.
Revise el inventario de papel autocopiativo. Si el alumno recurre a un adulto o un compañero para la toma de apuntes, necesitará disponer de papel autocopiativo antes de que comience el curso.
Con el mismo fin, también se puede disponer de un bolígrafo digital para que un compañero tome los apuntes y posteriormente el alumno con discapacidad auditivo pueda descargarlos en su ordenador.
Otros colegios deciden proporcionar al alumno con problemas auditivos fotocopias de los apuntes o le ofrecen la posibilidad de fotocopiarlos el mismo después de las clases. En este caso, establezcan el protocolo a seguir antes de inicio del curso y explíquelo con claridad a su alumno.
Facilite al alumno los libros de texto para que se vaya familiarizando con ellos durante el verano. La oportunidad de acceder previamente al material del curso facilita que los alumnos se familiaricen con las asignaturas, aprendan el vocabulario nuevo y completen las lagunas que puedan tener en los conocimientos básicos, de manera que puedan estar a la altura de sus compañeros en el nuevo curso. Al conocer con antelación los temas que se expondrán, el alumno podrá participar más fácilmente en los debates en clase. En el caso de los alumnos más pequeños, los profesores pueden informar a los padres de los temas generales que se estudiarán el próximo curso, lo que permitirá a los padres buscar en la biblioteca libros relacionados. De esta manera, podrán empezar a trabajar con su hijo vocabulario nuevo y reforzar algunos conocimientos básicos durante el verano.
Cuando se notifica con antelación a los profesores que van a tener en el aula un alumno con pérdida auditiva, pueden empezar a planificar su trabajo a partir de su experiencia y de las clases impartidas durante el presente curso, en lugar de partir desde cero. Una planificación minuciosa es la mejor manera de que un alumno perciba que es bienvenido desde el primer día de curso. También permite que los profesores se sientan seguros y dispuestos a trabajar con el alumno que se incorpora.
Mayo, mes de la audición.
El momento perfecto para revisar el sistema de amplificación del alumno.
Melissa Grisswold, Mainstream News, 2011: Volumen 29, nº 5.
Durante más de 80 años, en estados Unidos, mayo ha sido el mes dedicado a la Audición. Es una ocasión para que todos los que trabajamos para promover el bienestar de los niños con pérdida auditiva hagamos hincapié en la importancia de las estrategias de intervención y persistamos en nuestros esfuerzos para que mejore la comunicación de los niños, tanto en el colegio como en casa. Dado que esta celebración coincide con el fin de curso, animamos a los padres y a los equipos educativos a que evalúen los sistemas de amplificación y el acceso a la información de sus alumnos dentro y fuera del entorno escolar. La información recabada en el intercambio de información con todos los miembros del equipo –y también la proporcionada por los alumnos- puede servir para identificar las áreas en las que hay quehacer reajustes o en las que es necesario investigar más.
Un buen punto de partida es hablar con el alumno para saber desde su punto de vista cómo ha ido el curso. Conviene que sea el adulto con el que el alumno haya establecido una relación de confianza y con el que se sienta cómodo. Hay que procurar hablar incluso con los alumnos más pequeños, planteándoles preguntas que sean adecuadas a su edad o nivel de desarrollo. Puede que usted se sorprenda de la capacidad que tienen los alumnos de preescolar cuando se les pregunta si el dispositivo auditivo que llevan les ayuda, lo que les gusta y lo que no. Hablar con los alumnos de su propia experiencia desde que son pequeños les hace ver que la información que ellos aportan es importante y se tiene en cuenta en la planificación y la gestión de su programa educativo. Por otro lado, al contar con ellos, se ayuda a los alumnos a entender mejor su pérdida auditiva y la manera en que les afecta en las diferentes situaciones.
De acuerdo a nuestra experiencia, algunos alumnos con el tiempo llegan a ser capaces de expresar con claridad lo que les resulta útil y lo que no. Los que no han tenido la oportunidad de saber más acerca de su pérdida auditiva y de hablar de ella desde pequeños pueden encontrar grandes dificultades al tratar de contar lo que les pasa. Es posible que sepan muy poco sobre los sistemas de amplificación y la manera en que pueden ayudarles. Cuando se habla con ellos pueden dar respuestas tales como, “oigo bien”, “estoy bien” o “da igual”. Estas respuestas constituyen señales que nos ponen en alerta y nos dicen que el alumno necesita más apoyo para comprender su pérdida auditiva y adaptarse a ella. Es importante compartir esta información con el equipo educativo del alumno para que se pueda afrontar el problema y se derive a un profesional que tenga experiencia en la discapacidad auditiva.
En las reuniones de equipo se debe abordar el tema de las adaptaciones que el colegio ha llevado a cabo durante el curso que termina. ¿Se abordaron las necesidades de audición que tiene el alumno con el apoyo de un audiólogo? ¿Recibieron los profesores formación sobre el uso y el mantenimiento apropiados del equipo auditivo del alumno? ¿Se encargó el colegio de mantener el equipo de FM?
Es evidente que la amplificación es una de las muchas piezas importantes que influyen en la capacidad de un alumno para acceder a la información y participar en la vida escolar.
¿Existía un plan para reemplazar el equipo en el caso de que se hubiera averiado? Si ha habido algún problema, las vacaciones de verano puede ser una buena época para encontrar una solución adecuada y evitar que, en el nuevo curso, se produzca una situación de emergencia.
Además, el verano es un buen momento para comprobar si los audífonos o los implantes cocleares funcionan adecuadamente y se adaptan a los resultados actualizados de las pruebas audiológicas del alumno. También es importante tener en cuenta que las necesidades del alumno van cambiando. Por ejemplo, ¿cuánto hace que se adquirieron los audífonos? ¿Es necesario reemplazarlos? Los padres pueden consultar con el audiólogo de su hijo para obtener información sobre la los avances más recientes para los alumnos con pérdida auditiva y sobre lo que puede ser más apropiado para las necesidades de su hijo.
Puede parecer que esperar al verano para abordar algunas cuestiones sobre la audición del alumno es perder un tiempo precioso. Sin embargo, si bien en el DIAC se debe especificar el apoyo audiológico en términos generales, también es posible profundizar más en los detalles de ese apoyo más adelante. Por ejemplo, el audiólogo del niño podría trabajar con los padres y el colegio durante el verano para establecer un plan específico de cara al próximo curso, con el fin de facilitar una mayor asistencia técnica y oportunidades de formación al personal escolar, además de proporcionar recursos para la formación y el apoyo al alumno.
Es evidente que el sistema de amplificación es una de las muchas piezas importantes que tienen influencia en la capacidad del alumno para acceder a la información y participar en la vida escolar. No obstante, para conseguir unas condiciones óptimas de audición, es importante dedicar tiempo a evaluar la eficacia del sistema de amplificación que utiliza el alumno al término de cada curso y establecer un plan para el siguiente. Si no se aborda esta cuestión, el alumno saldrá perjudicado, ya que empezará el curso con un sistema de FM que no se ha revisado, no funciona correctamente o que no es el apropiado o porque se ha incorporado al sistema educativo ordinario sin tener un buen conocimiento del sistema de amplificación que utiliza y de estrategias para afrontar la pérdida auditiva.
La gestión adecuada del equipo de amplificación es esencial. A continuación, se exponen los pasos a seguir para preparar el equipo que llevará el alumno el próximo curso:
• Realice un inventario del equipo del alumno que se enviará para su revisión en verano. Anote los números de serie de cada componente, de manera que pueda verificar en otoño que se ha devuelto el equipo correcto.
• Coloque una etiqueta con el nombre del alumno en cada pieza del equipo para evitar confusiones.
• Envíe el equipo a la persona que se encargará de su revisión en verano. Este proceso se puede agilizar cuando los colegios y las familias colaboran. Ninguna de las partes debe asumir que la otra se hará cargo de esta tarea.
• Realice un seguimiento por teléfono verificando que el equipo se envió al finalizar el curso escolar y se devolvió antes del inicio de las clases.
• Haga que el alumno acuda al colegio unos días antes del inicio del curso para ayudar a configurar el equipo y asegurarse de que funciona correctamente.
• Fije una cita en el otoño con un profesor del centro, de manera que sea posible revisar el equipo del alumno y si éste se ajusta a las necesidades de aprendizaje del alumno. Es necesario hacerlo lo antes posible.
Asumir la pérdida auditiva
Claire Blatchford, escritora y profesora, Mainstream News, 2009: Volumen 28, nº 6.
En una ocasión escribí sobre la valentía que representa asumir y adueñarse de la pérdida auditiva que una persona tiene. Poco después de que se publicara el artículo, Ed, mi marido, y John Anderson, un compañero de trabajo, me hablaron del uso que hice en este artículo de la palabra “adueñarse”.
“La palabra “adueñarse” se aplica a un objeto, una cosa, algo que se desea tener”, apuntó mi marido.
John, que tiene como yo una pérdida auditiva, intervino en la misma dirección, pero yendo más al grano: “¿Cómo te puede pertenecer algo que no se puede ver? No estoy seguro de que me pertenezca la pérdida auditiva. Sencillamente, forma parte de mí mismo, me guste o no”.
Me apetece profundizar más en esta idea y ver adónde nos puede llevar.
Mi marido sugirió que lo que yo realmente quise decir fue “responsabilidad”. Sí, creo que asumir como propia la pérdida auditiva significa ser responsable de ella. Pienso que la responsabilidad es el primer paso en el proceso de asumirla. Creo que existen cuatro áreas en las que la responsabilidad es esencial:
1. Ser capaz de hacerse valer por uno mismo.
2. Saber los límites que cada persona tiene y prestar atención a su salud física.
3. Conectar con los propios sentimientos y, a partir de ahí, ser consciente de que cada uno tiene la capacidad de elegir cómo reaccionar ante una situación.
4. Mantener un cierto grado de equilibrio y sentido del humor.
Retomaré la referencia a estos puntos en un instante. Antes, me gustaría explicar mi interés por la palabra “adueñarse”.
He encontrado tres definiciones de la palabra “propio” en el diccionario: 1) Tener o disfrutar como propiedad. 2) Tener poder sobre algo. 3) Aceptar que algo es cierto, válido o auténtico (1). La primera definición avala lo que las personas asociamos en general con la palabra “adueñarse”, que es de lo que hablaban mi marido y mi compañero de trabajo John. Las definiciones que a mí me interesan son la segunda y la tercera. Voy a tratar de aplicarlas a las áreas antes mencionadas.
1. Se insiste mucho en educar al niño con pérdida auditiva para que sea capaz de abogar por sus derechos. En primer lugar, el niño tiene que darse cuenta de que le falta algo. El paso más básico para llegar a “ser responsable de su pérdida” es que el niño reaccione cuando no pueda escuchar lo que se le dice. Desconcertado, puede encogerse de hombros o contestar: “¿Qué?”. Con el apoyo de los adultos y a base de práctica, adquirirá una mayor capacidad de reacción, no sólo cuando no escuche, sino también cuando no entienda lo que ha escuchado. Cuando se llega a cotas más altas en la capacidad de abogar por los propios derechos (y hay muchos niveles en este proceso), la responsabilidad se convierte en pertenencia cuando la persona empieza a observar, reflexionar y planificar con antelación. Por ejemplo, una persona que actúa así podría preguntar: “¿La película está subtitulada? Si no lo está, ¿qué se puede hacer?”.
2. ¿Es el niño con pérdida auditiva consciente de cuando está agotado y necesita descansar? En mi caso a los seis años, ya lo era. Todavía no decía: “¡Estoy hecha polvo!” Eso lo aprendí más tarde. Sin embargo, sabía cuando debía dejar de estar “prestando atención a todo/ escuchándolo todo”. Me iba a mi cuarto o a un lugar apartado para reponer energías y poder seguir adelante. La persona que es responsable no sólo es consciente de que esto pasa, sino que además lo acepta. Esta manera de ser dueño de la pérdida auditiva conlleva tener conciencia de lo que a cada persona le genera estrés. En mi caso, la falta de luz me dificulta la lectura labial; hago lo que puedo para ponerle remedio. Soy consciente también de que las personas a las que me cuesta entender pueden llegar a ser, literalmente, una pesadilla. A la vez, también soy consciente que yo puedo ser una pesadilla para otras personas cuando se han de esforzar para entenderme. Esto puede estresarme más todavía. En pocas palabras, la persona que asume su sordera es consciente de cómo influye en su salud y sabe cómo protegerse.
3. Al ser una niña sorda, a menudo solía estallar cuando me sentía frustrada. Hubo ocasiones en que mi padre tuvo que meterme debajo de la ducha durante unos minutos para que el agua me enfriase el ánimo y me hiciera entrar en razón. Creo que esta área es la más difícil de todas en cuanto a asumir la pérdida auditiva. Cuando te dejas llevar por una emoción fuerte (frustración, ira, desánimo, miedo) ¿estás en condiciones de elegir otra forma de canalizarla? Creo que un adulto que le entienda puede ayudar a un niño a que ponga distancia entre él y sus sentimientos y escuchar lo que éstos le “están diciendo”. Con el tiempo, he aprendido a indagar en la causa de mis frustraciones. ¿Se trata de algo que proviene de fuera, como lo que nos ocurre ante una persona poco sensible? ¿O lo provoca algo en mi interior, como por ejemplo el desánimo que me produce sentirme incapaz de comprender todas las palabras de una frase? Cuando asumes tu pérdida auditiva, eres capaz de diferenciar estas cuestiones y de que esté en tus manos elegir la manera de reaccionar.
4. Es esencial mantener un cierto equilibrio y saber reírse de uno mismo. Elegir cómo reaccionar es una cuestión de gran importancia. A veces, la mejor respuesta es dejar que algo pase sin hacer nada al respecto. Por ejemplo, en el caso de las personas que muestran una cierta insensibilidad como antes he mencionado: uno podría tratar de hacerles entender la sordera, darles directamente un puñetazo (no hay que alarmarse, nunca he llegado tan lejos) o decidir que no merece la pena perder ni tiempo ni energía. Lo mismo puede decirse acerca de la necesidad de entender cada palabra de una frase. ¿Tengo de verdad que entender cada palabra para captar el sentido de lo que una persona dice? Pues, no, para nada. Y cuando se trata de malos entendidos, como aquella vez que un amigo estaba hablando de la hiedra venenosa y pensé que hablaba de la “hiedra de la pasión” (2), bueno, hay que reírse, ¿no?
De momento, espero haber conseguido explicar el sentido en el que utilizo la palabra “adueñarse”. Para terminar, debo añadir que hay períodos en los que no pienso en estos términos en absoluto, de la misma manera que no reparo en ideas como “La casa en la que vivimos es nuestra”, sino que simplemente convivo con mi sordera. En el otro extremo del espectro, hay días en que preferiría no tener que convivir con ella. A veces, pienso que sería estupendo tener la capacidad de captar al vuelo las conversaciones en las aulas, reconocer cada sonido que hace mi nieta, escuchar a los pájaros, hablar en la oscuridad y entonar cuando canto. Tal vez, pueda ser algún día.
(1) N.T. En inglés, el término “own” (poseer) tiene también esta acepción.
(2) N.T. Semejanza fonética en inglés entre “poison ivy” y “passion ivy”.