Otoño 2022 – número 1

CLARKE

-Viajar con un niño con sordera o hipoacusia
-¿Es la primera vez que recibe en el aula a un alumno con pérdida auditiva?
-En Clarke celebramos el mes de la lectura y escritura
-En otoño comienzan, de nuevo, los entrenamientos deportivos y las actividades extracurriculares. Consejos para facilitar la transición

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Viajar con un niño con sordera o hipoacusia

Consejos para que su viaje vaya lo mejor posible

Después de pasar un largo periodo de tiempo principalmente en casa, muchas familias están deseando volver a viajar, ya sea realizando una escapada de fin de semana o un viaje largo durante las vacaciones. A continuación, se ofrecen algunos consejos para procurar que los niños con sordera o hipoacusia dispongan de lo que necesitan para sentirse seguros y disfrutar de los viajes.

Preparativos previos al viaje

Los viajes pueden generar tanta emoción como ansiedad, especialmente después de un tiempo en el que las oportunidades para relacionarse han sido limitadas. Hay que comunicar a los niños con antelación cuándo, dónde y cómo van a viajar. En el caso de los niños más pequeños, se pueden utilizar recursos visuales, como un calendario de pared, para que entiendan mejor cuánto tiempo estarán fuera. Si se trata de una experiencia nueva, como puede ser viajar por primera vez en avión o realizar un crucero por el océano, se les debe hablar acerca de lo que pueden esperar.

Si se van a hospedar en un hotel, en Estados Unidos es obligatorio que disponga de una serie de habitaciones que cumplan las pautas de accesibilidad de la ADA (American with Disabilities Act, Ley de estadounidenses con discapacidad), y generalmente se debe avisar con antelación. Esto no es así ni en España ni en países de habla hispana, así que antes de hacer la reserva, consulte la web del hotel o llame directamente para conocer las medidas accesibles y, si dispones de ellas, solicite una habitación que disponga de alarmas visuales.

¿Van a viajar en avión? Comunique a la aerolínea que viaja con un niño que tiene pérdida auditiva y que desea un embarque prioritario. (La mayoría dispone de una línea telefónica exclusiva para personas con discapacidad, pero es posible que deba buscarla en su página web. También puede llamar al servicio de atención al cliente y preguntar por el departamento que lleva las solicitudes relacionadas con la ADA). Al embarcar con prioridad, la tripulación sabrá que su hijo tiene pérdida auditiva, lo que puede ser importante en caso de una emergencia y también dispondrán de más tiempo para acomodarse.

Cómo guardar y cuidar los dispositivos auditivos

En caso de duda, ¡métalos en la maleta! Nunca se arrepentirá de disponer de pilas adicionales que al final no se necesitaron, porque en caso de no tenerlas podría ser echar por tierra un precioso día de vacaciones. No le gustaría tener que decirle a su hijo que no puede nadar en la espectacular piscina del hotel porque se olvidó de meter en la maleta las fundas impermeables de sus implantes cocleares. A nadie le agrada tener que decir algo así.

Tenga en cuenta los diferentes equipos que su hijo va a necesitar en función del tipo de viaje que van a hacer (p. ej., pasar la noche en una ciudad cercana o un de campamento de una semana) y también la edad y los intereses del niño. Teniendo esto en cuenta, a continuación, se facilita una lista de los artículos que normalmente se necesitan durante un viaje:

  • Pilas extra. (Tenga en cuenta que no todas las baterías desechables estarán disponibles fácilmente en zonas rurales). Lleve más de las que normalmente se necesitan).
  • Dispositivo de secado de la tecnología auditiva que utilice su hijo.
  • Los productos de apoyo de su hijo (TAA, p. ej., un micrófono Roger o un micrófono remoto) y sus cargadores. Incluso aunque no suelan utilizarlos en casa, resultan muy útiles cuando se trata de un trayecto largo y ruidoso en avión, en tren o en coche.
  • Si el niño va a utilizar un ordenador portátil o una consola para jugar, no se olvide de los accesorios que utilice en la transmisión del sonido (pueden ser idénticos a su TAA o no).
  • Un ladrón para enchufar varios aparatos en caso necesario; las habitaciones de los hoteles suelen tener pocos enchufes.
  • Repuestos de cualquier pieza que se rompa con facilidad. (¿Su hijo utiliza un implante coclear? Lleve un cable extra). Si no dispone de repuestos, procure guardar en su teléfono la información necesaria para contactar con el audiólogo de su hijo y el nombre de un proveedor local de este tipo de artículos. Si algo se rompe, le resultará más fácil conseguir reemplazarlo.
  • Un dispositivo de sujeción de repuesto (diadema, cordón, etc.) en el caso de los niños más pequeños que utilizan audífonos.
  • Baterías externas portátiles extra si van a acampar o a alojarse en algún lugar con un suministro eléctrico poco fiable.
  • Un cargador de batería para aparatos recargables (y los adaptadores de corriente adecuados si viaja al extranjero).

Guarde estos dispositivos separados de otros artículos en el equipaje, preferiblemente en un recipiente rígido y resistente al agua, para evitar que al derramarse un café o una botella de agua en su bolsa de viaje arruinen los dispositivos tecnológicos de su hijo. Los fabricantes de dispositivos suelen proporcionar estuches, pero una solución sencilla es una bolsa sellable guardada en una zona segura y acolchada de su equipaje. (¿Viajan en avión? A continuación, se facilita un consejo especial).

Durante el viaje

Sea cual sea la forma de viajar que empleen, utilice los productos de apoyo que emplee su hijo para comunicarse con él. Los viajes suelen ser ruidosos y, en un entorno menos familiar, es mucho más difícil para un niño con pérdida auditiva entender lo que se dice. Con los productos de apoyo se puede conseguir que el viaje sea mucho menos estresante para toda la familia.

Si viajan en avión, debe asegurarse que los accesorios de la tecnología auditiva de su hijo (p. ej., los sistemas DM/FM) se encuentren en una bolsa lo suficientemente pequeña como para llevarla consigo; si tiene otros suministros médicos o medicamentos, guárdelos en la misma bolsa. En ninguna circunstancia, debe facturar esta maleta, ya que existe el riesgo de que se retrase, se pierda o sufra daños. Las aerolíneas permiten llevar un equipaje de mano adicional gratuito para suministros médicos, pero es posible que deba mostrarla cuando se lo pidan. Los fabricantes de implantes cocleares proporcionan una tarjeta a tal efecto. Si dispone de esta tarjeta original impresa, llévela consigo y también guarde una foto en el móvil por si se le pierde.

La gente se suele preguntar si es seguro pasar por un arco detector con implantes cocleares. Es totalmente seguro, ya que los detectores de metales y los escáneres que se utilizan no dañarán los dispositivos. De hecho, es más seguro llevarlos puestos durante el control de seguridad que colocarlos en la bandeja y someterlos a rayos X porque se podrían dañar.

No obstante, los implantes pueden activar la alarma, por lo que suele resultar más sencillo informar al vigilante de que el niño tiene implantado un dispositivo y pedirle que utilice un detector manual. (Esta es otra ocasión en la que puede necesitar la tarjeta del fabricante del dispositivo). Advierta al niño de antemano de que, cuando pasen por el arco detector, es posible que escuche un pitido o un zumbido, pero que ni le dolerá ni dañará su dispositivo.

Cuando llegue a destino

Dondequiera que se alojen, al igual que en su casa, necesitarán decidir un lugar en el que cargar, secar y guardar los dispositivos durante la noche. Es aconsejable hacerlo poco después de la llegada.

Estar de vacaciones no significa que también lo esté el cuidado de la audición del del niño. Afortunadamente, existen numerosas formas de incorporar estrategias de escucha y lenguaje hablado durante el viaje. Estando en un lugar diferente al habitual, actividades como descubrir plantas nuevas, escuchar diferentes sonidos de la naturaleza o describir los rascacielos que estén cerca son oportunidades para estimular el lenguaje y el niño no se las tomará como trabajo.

Si están visitando a familiares, dedique un minuto a explicar brevemente lo que están haciendo y por qué. Es posible que las estrategias de escucha y lenguaje hablado no les resulten familiares, pero, una vez que entiendan el proceso, seguramente se sumarán, lo que puede servir de ayuda al niño.

Los viajes también ofrecen grandes oportunidades para ayudar a que los niños practiquen las habilidades para abogar por sus derechos. Es preciso ensayar y ayudarles a que sean ellos quienes pidan la consumición en un restaurante o en una cafetería, además de tener pensada una breve explicación de la tecnología auditiva que utilizan por si es necesario. Los niños más mayores también sentirán que tienen más autonomía al ser responsables de llevar las pilas extra.

En el caso de las familias que realizan estancias más largas, los padres pueden preocuparse por si su hijo puede estancarse en su aprendizaje. En estos casos, pueden preguntar al logopeda si es posible recurrir a los servicios a distancia o   bien conectarse en remoto.

Por último: viajar con un niño que tiene pérdida auditiva puede requerir algunos pasos adicionales para asegurarse de que todo está preparado, pero no debería ser un impedimento para que disfruten del viaje. ¡Relájense y diviértanse!

¿Es la primera vez que recibe en el aula a un alumno con pérdida auditiva?

Estos consejos de los audiólogos educativos pueden servirle de ayuda

Muchos educadores del sistema educativo ordinario nunca han impartido clase a un niño con sordera o hipoacusia y pueden preocuparse ante la perspectiva de que el nuevo alumno se sienta cómodo, que sepa que es bienvenido, que asuma retos y se sienta capaz de alcanzar los objetivos académicos fundamentales para el curso. Es frecuente que incluso profesores con experiencia no hayan tenido nunca en clase a un niño con sordera o hipoacusia, o que lo hayan tenido años atrás cuando la tecnología era muy diferente.

Para comprender las necesidades particulares de los niños con pérdida auditiva, los profesores necesitan la orientación de una red de apoyo de profesionales de la salud auditiva, profesores especializados en educación de sordos. Además de las aportaciones de los profesores de sordos o maestros de audición y lenguaje, los logopedas, las familias y los propios alumnos, a los profesores del sistema educativo ordinario les resulta beneficiosa la colaboración con los audiólogos educativos. Los audiólogos educativos ayudan a los profesores a entender la tecnología auditiva y solucionar los problemas que presenten, a identificar cuándo un alumno tiene dificultades y sirven de apoyo a los alumnos cuando tienen que abogar para que atiendan sus necesidades en el entorno educativo.

Gestión de la tecnología auditiva en el aula ordinaria

Los productos de apoyo son esenciales para que los alumnos tengan un acceso óptimo a la información en el aula. Sin embargo, la mayoría de los profesores del sistema educativo ordinario no están familiarizados con dicha tecnología. Suelen ser frecuentes las preguntas sobre cómo solucionar problemas técnicos. Aunque la reunión de orientación que se realiza en otoño les resulta útil, es posible que los profesores no retengan todos los detalles hasta finales del curso; los educadores deben tener opciones de apoyo durante todo el año.

«En el caso de los productos de apoyo de los alumnos, la mayoría guarda el manual en el kit de atención pediátrica del fabricante del producto para tenerlo como referencia», explica Ashley Logan, AuD, audióloga educativa en Clarke. «Las páginas web de los fabricantes también son muy útiles, aunque los profesores no siempre las conocen. Y, por supuesto, siempre está la posibilidad de enviar un correo electrónico al profesor de sordos o maestro de audición y lenguaje o al audiólogo».

Katie Donoghue, AuD, audióloga educativa de Clarke, señala que, si un alumno utiliza una combinación de equipo propio y otro proporcionado por el colegio, los profesores deberían estar familiarizados tanto con uno como con el otro. Por su parte, los alumnos también deberían ser capaces gradualmente de ayudar a solucionar los problemas tecnológicos. Es algo que debería formar parte de los objetivos a largo plazo a la hora de aprender a abogar por sus derechos.

Christine Kelley, AuD, audióloga educativa de Clarke, también destaca la importancia de procurar que los profesores y el resto del personal educativo sean conscientes del coste económico de la tecnología que utiliza el alumno y aprender a cuidarla. «Aunque son pequeños o se parecen a algunos productos electrónicos de consumo, son valiosos tanto por lo que su uso aporta al alumno como por el precio que tienen», añade. «Es preciso asegurarse de que se cuidan adecuadamente. Probablemente los profesores no sean conscientes de que un pequeño dispositivo o accesorio puede costar 800 dólares y que el seguro no lo cubre necesariamente si se rompe».

Los audiólogos educativos se esfuerzan para que los alumnos comprendan también el coste del equipo y aprendan a cuidarlo. Al profesor y al personal de apoyo le puede ayudar también que el alumno sea consciente del coste económico de la tecnología que utiliza, así como su destreza para mantener el equipo en buen estado de funcionamiento.

La comunicación y el trabajo en equipo son las claves para el éxito

Aunque todo el mundo esté preparado, es inevitable que surjan problemas. Los más frecuentes suelen ser las reacciones de comportamiento del alumno (p. ej., el niño se distrae, tiene dificultades con el material, experimenta fatiga auditiva) y las de carácter técnico (p. ej., los padres desean que el producto de apoyo se utilice a lo largo de toda la jornada escolar, pero el niño dice que no le resulta útil en las clases de educación física o en el recreo).

Detectar un problema puede ser complicado, ya que puede parecer que los niños están escuchando, cuando en realidad se desconoce la cantidad y la calidad de lo que escuchan. «Los profesores deben ser conscientes de hasta qué punto se pueden estar esforzando los alumnos, incluso si en apariencia no lo están haciendo», dice Christine.

Es frecuente que los alumnos que prestan poca atención o dicen que se aburren estén en realidad acusando fatiga auditiva que se pasa por alto o no se interpreta adecuadamente.

En estas situaciones, el audiólogo educativo y el profesor de sordos o el maestro de audición y lenguaje pueden proporcionar la mejor orientación. «Si se plantean preguntas sobre cuáles deberían ser las expectativas, si existe una discrepancia entre las perspectivas de los padres, el profesor y/o el niño, se debe solicitar una consulta con el profesor de sordos o el maestro de audición y lenguaje, explica Christine. «El maestro de audición y lenguaje y el audiólogo educativo trabajan conjuntamente cuando corresponde para comunicarse con el personal y la administración del distrito a lo largo de todo el curso escolar». Esta coordinación entre todos los profesionales involucrados (y la familia) es vital para asegurar el éxito del niño a largo plazo».

«Nuestros profesores de sordos son extraordinarios a la hora de mantener a todo el mundo informado», añade Ashley, que lleva a cabo labores de apoyo a decenas de alumnos cada año. «Ellos son los que se comunican con los colegios y nos notifican cualquier problema para que podamos hacer un seguimiento. También realizamos servicios de colaboración. Los profesores (del sistema educativo ordinario) no se reúnen y escuchan a un único profesional».

Dar voz a los alumnos

Si bien los audiólogos educativos realizan una gran labor, la perspectiva del propio niño con respecto a su pérdida auditiva en el entorno de aula ordinaria es la más importante. Involucrarlo es fundamental y debe hacerse desde el comienzo. Ellos tienen su visión particular de lo que necesitan y además les sirve de ejercicio para desarrollar su autoestima y aprender a abogar por sus derechos.

En el caso de los niños más pequeños, se puede contemplar que prepare un escrito con el título «acerca de mí» con fotografías/dibujos de su equipo auditivo para que se presente a toda la clase. Algunos fabricantes de dispositivos también proporcionan libros adecuados a cada edad que hablan de la tecnología que utilizan. «Los alumnos necesitan aprender cómo explicar el funcionamiento de sus aparatos al profesor y a la clase para que no les pregunten una y otra vez- lo que puede no que no sea malintencionado, pero sí se puede convertir en una distracción o puede hacer que los niños se sientan diferentes», dice Christine.

En el caso de los alumnos mayores, los profesores de sordos de Clarke les invitan a crear presentaciones para realizarlas en clase. Se pueden adaptar a las necesidades de cada alumno, pero generalmente incluyen información de la pérdida auditiva que tienen, la tecnología que utilizan, los servicios que reciben y algunos consejos sobre cómo los profesores (y los compañeros) pueden ayudarles a que tengan el mejor acceso posible al sonido. También pueden hacer referencia a temas personales como cuáles son sus aficiones e intereses.

Es importante que a medida que los alumnos crecen aprendan más sobre su tecnología, así como sobre su pérdida auditiva y los resultados de las pruebas, incluyendo la información acerca de su historia médica que sea apropiada para su edad. «Hay adolescentes que desconocen lo que causó su pérdida auditiva o el grado de pérdida que tienen» dice Katie. «Un audiólogo al uso no siempre dispone de tiempo para tratar este tema, pero es un papel que los audiólogos educativos pueden desempeñar».

«Es importante hablar con los alumnos, no sobre ellos», añade Katie. «Cuanto más podamos instruir a los alumnos, más podrán ellos educar a su vez a sus profesores y avanzarán más en el rol de abogar por sus derechos.

En Clarke celebramos el mes de la lectura y escritura

Septiembre no solo representa el comienzo de un nuevo curso escolar, sino que es también el «Mes nacional de la lectoescritura en Estados Unidos».

La lectoescritura es una habilidad crucial para los niños. Es la columna vertebral del resto del aprendizaje y ayuda a que los niños adquieran confianza en la medida de que son conscientes de que van adquiriendo competencias en lectura y escritura con el paso del tiempo. Una vez dominada, la lectoescritura proporciona las herramientas necesarias para que el niño se convierta en un «alumno» de por vida.

Es una competencia especialmente importante para los niños que tienen pérdida auditiva. Incluso con la mejor tecnología auditiva disponible, es posible que los niños con sordera o hipoacusia no tengan acceso a todo el espectro de sonidos.  Por este motivo, las tres competencias fundamentales de la lectoescritura les resultan más complicadas:

  • conciencia fonológica: entender la relación entre los sonidos y las letras
  • decodificación o pronunciación de palabras
  • fluidez: lectora: velocidad y facilidad con la que leen.

Siendo así, es importante que las familias sirvan de ejemplo de buenos hábitos de lectura y creen un entorno favorecedor en el hogar. Por ejemplo, en el caso de los niños más pequeños, hay que procurar leerles un cuento completo poniendo voces distintas a los personajes a la hora de irse a la cama o leer en su presencia y explicar por qué la lectura es importante-puede ser que usted lea porque necesita buscar una información o simplemente por disfrutar de los relatos de un autor concreto. También es importante incorporar la escritura en el día a día. Si un niño no tiene inclinación por escribir relatos, pídale que le ayude a escribir la lista de la compra, una carta a un amigo o incluso algunas instrucciones para un videojuego. Todo lo que sea escribir conlleva avances en la lectura y escritura.

Las actividades como cantar, interpretar, realizar juegos de rol, contar historias, escribir y hablar sobre libros también pueden reforzar las habilidades de lectoescritura y a los niños que son reacios a abrir un libro no les parecerán deberes escolares.

A medida que los niños van siendo capaces de leer por sí mismos, es importante que tengan acceso a diferentes materiales de lectura. Libros, revistas, cómics: ¡el formato importa menos que el hecho de que estén leyendo algo! Para fomentar el interés por la escritura, procure tener materiales de escritura que estén fácilmente a su alcance. Y no solo lápices y papel normal. Dependiendo de los intereses del niño, artículos como por ejemplo papelería personalizada, calcomanías o cuadernos/libros de recortes que estén decorados y pueden hacer que escribir sea más divertido (y, por lo tanto, más probable que lo hagan).

Por supuesto, los educadores también desempeñan un papel clave en el fomento de la lectoescritura. Clarke enfatiza la iniciación temprana a la lectoescritura en sus programas con niños de 0 a 3 años y a lo largo del preescolar, pero este enfoque en la lectoescritura continúa a través de nuestro Programa hasta los 14 años y el trabajo de los Servicios de apoyo en el sistema educativo ordinario. Promover e incrementar las habilidades de lectoescritura es un proceso que debe mantenerse y fomentarse de manera continuada para establecer una base sólida con el fin de alcanzar el éxito académico y profesional en el futuro.

Más sobre la lectura

Clarke anima a las familias a que lean en voz alta a los niños cuando son pequeños y a conseguir que le rato de lectura compartida sea un momento divertido. Los niños que disfrutan de los libros y los cuentos tienen más probabilidades de convertirse en lectores independientes que leen con fluidez y piensan de manera crítica. Como señala Linda Findlay, profesora de lectoescritura en Clarke «Ser un buen lector es pensar en lo que estás leyendo mientras lees… Y los buenos lectores leen por su cuenta, en su casa y cuando les apetece».

Puede obtener más información sobre los retos de la lectoescritura y la manera de ayudar a los alumnos con sordera o hipoacusia en «Refuerzo de las habilidades básicas de lectoescritura que no están a primera vista» del número de otoño de 2021.

En otoño comienzan, de nuevo, los entrenamientos deportivos y las actividades extracurriculares. Consejos para facilitar la transición.

En el otoño de 2021, tras la pandemia, en la medida en la que se retomó la enseñanza presencial en los colegios, también lo hicieron las actividades deportivas y otras extracurriculares. Si bien este cambio fue bien recibido por muchos alumnos, requirió algunos pasos adicionales con el objetivo de garantizar que los entrenadores y el resto del personal comprendieran la manera de ayudar a los niños con sordera o hipoacusia.

La gestión de la tecnología auditiva fuera del aula

Las actividades extracurriculares en interiores (p. ej., el club de arte, el comité del anuario o el consejo estudiantil) suelen requerir las mismas adaptaciones que se necesitan en el aula. Pueden requerir, por ejemplo, el uso de un sistema de apoyo, asientos preferenciales para el alumno y que se repitan las intervenciones de otros alumnos durante el desarrollo de la actividad.

Sin embargo, no es lo mismo utilizar la tecnología auditiva en la cancha, en el gimnasio e incluso en el vestuario. Estos entornos requieren que la tecnología auditiva del alumno cubra una distancia mucho mayor y compita con diferentes ruidos como el tráfico, el viento, los balones que rebotan y el chirrido de las zapatillas, así como los gritos, vítores y aplausos de otros deportistas y de los espectadores.

Para asegurarse de que el alumno que practica un deporte tenga el mejor acceso posible al sonido mientras entrena y compite, es importante consultar con el niño y su audiólogo, recomienda Mike Marchetti, profesor de sordos que ha trabajado con alumnos de secundaria y bachillerato en el Programa de inclusión de un colegio regional de Massachusetts siguiendo el modelo de Clarke. Mike ofrece varias sugerencias con el objetivo de estar preparados para que la temporada de otoño sea divertida y activa.

  • Mantener y personalizar la tecnología: «Es preciso realizar un mantenimiento correcto de los dispositivos y asegurarse de que la configuración sea la correcta para la manera en que el alumno los utilizará», dice Mike. Señala que muchos alumnos que utilizan implantes cocleares desconocen que existen varias opciones que el audiólogo puede programar para diferentes entornos. Recomienda consultar con el audiólogo del niño y el profesor de sordos o maestro de audición y lenguaje para analizar las opciones. También pueden ser útiles para determinar qué productos de apoyo serán los más apropiados para el alumno y sus actividades.
  • Respetar las preferencias del niño: Mike, que también utiliza implantes cocleares, recomienda a los padres y a los entrenadores que tengan en cuenta lo que los chicos dicen que necesitan. Por ejemplo, si hay viento o en el partido de baloncesto se juega en pista cubierta, el alumno puede tener un mejor acceso al sonido utilizando únicamente el audífono o el implante coclear, sin conectar el producto de apoyo. «Especialmente en el caso de niños mayores, es importante escuchar su punto de vista y elaborar un plan. De lo contrario, si ellos no desean usarlo, harán todo lo que esté a su alcance para no hacerlo. Mike dice que, en su caso, cuando era niño «accidentalmente» le dio el dispositivo al perro, dando a entender que no es infrecuente que algo así suceda cuando los alumnos se sienten aislados o diferentes en un colegio ordinario. «En Clarke los niños disponen de una red de apoyo y tienen compañeros con pérdida auditiva, por lo que tienden a mostrar un mejor uso (de la tecnología)».
  • Realizar repasos: Mike también señala que, después de un tiempo en el que no ha habido posibilidad de acceder a la mayoría de las actividades extracurriculares, probablemente algunos alumnos deban aprender a utilizar de nuevo sus productos de apoyo. «En el caso de los niños mayores, será como andar en bicicleta», dice. «En el de los más pequeños, todavía se están acostumbrando a manejar sus dispositivos, por lo que deben adquirir de nuevo una rutina si no los han estado utilizando en casa».

Facilitar la comunicación entre entrenador y deportista

Es esencial que los entrenadores y el personal docente de las actividades extracurriculares conozcan la tecnología y el equipo que utilizan sus alumnos con sordera o hipoacusia. Si no se les puede incluir en los servicios internos en los que se analiza la tecnología auditiva del alumno, podrán obtener información sobre los dispositivos directamente del propio alumno o de los padres. «La mayoría de los niños desean ofrecer una explicación por sí mismos y, a la larga, es lo mejor», dice Mike. «Cuando finalicen secundaria o bachillerato, no dispondrán de un profesor de sordos o un maestro de audición y lenguaje que abogue por sus derechos».

  • Tener en consideración la situación del alumno en particular. Nuevamente, Mike enfatiza que lo más importante que puede hacer el entrenador de un alumno con pérdida auditiva es preguntarle cómo prefiere comunicarse en el terreno de juego. «Incluso si se tiene experiencia con niños con sordera o hipoacusia, no se debe asumir que lo que le funcionó con un niño funcionará con todos», dice.

Si el producto de apoyo de un alumno funciona bien y él se siente cómodo utilizándolo, es lo idóneo. Sin embargo, señala que, en el caso de algunos deportes, como el esquí, la natación, la lucha libre y el campo a través, es posible que no sea una opción. «En estos casos, no hay que centrarse en el sonido, sino en lo que funciona», continúa Mike. Se debe hacer énfasis en averiguar qué sistema funcionará para cada niño en particular. Mike reconoce que las soluciones elegidas por los alumnos pueden no siempre parecer idóneas, pero que aun así es importante probarlas. «Tendemos a ponerles una red de seguridad que les sirva de protección, pero hay que dejar que caigan en la red y que lo averigüen por su cuenta», dice.

  • Compañeros y señales visuales. Los entrenadores pueden ayudar en la elección de un «compañero» de equipo dispuesto a pasar al alumno con pérdida auditiva las indicaciones dadas por el entrenador durante los momentos de transición o de posible confusión. Un entrenador y un alumno también pueden acordar una serie de señales visuales para comunicarse en el campo o en el gimnasio. (beneficio: algunos de estos métodos pueden convertirse en una ventaja a la hora de competir, ya que el otro equipo/entrenador no los conocerá).

Mike también señala que existe un límite en el apoyo y la estructura que puede ofrecer el entrenador: no puede prever todos los potenciales retos que se pueden presentar. Siendo así, estos escenarios constituyen oportunidades importantes para que el alumno perfeccione sus habilidades para abogar por sus derechos. «Como profesor de sordos estoy convencido de que no se debe tratar de controlar el entorno. Trato de enseñar a los niños la manera en que ellos pueden adaptarse a su entorno», dice Mike. «Cuando salen del colegio, disponen de la ADA (American with Disabilities Act, Ley de estadounidenses con discapacidades), pero no significa que las personas siempre hagan lo que deben. Es más sencillo encontrar la solución que a cada uno le funcione, en vez de esperar que todo el mundo haga siempre las adaptaciones que se precisan».

Empatizar y escuchar

Por mucho que un alumno anhele realizar sus actividades preferidas, después de un año de cierre por la pandemia, muchos niños pueden también sentir ansiedad al volver a las actividades presenciales. Mike señala que los clubes y los deportes que sean importantes para el niño – en especial los que facilitan la relación con los compañeros- pueden servirle de ayuda en la vuelta al colegio. Pero, no todos los alumnos responderán de la misma manera.

Para ayudar a los alumnos a volver a adaptarse a sus nuevas rutinas, los profesores y los entrenadores deben escucharlos. «Como docentes, tendemos a pasar más tiempo hablando que escuchando», dice Mike y advierte que, independientemente de que se haga con buena intención, se puede dar un mensaje equivocado. «Somos los expertos, haz lo que te decimos, lo que no les ayuda a abogar por sus derechos. Les resta iniciativa», dice Mike. «Los niños son el grupo al que menos se escucha. Si tienen inquietudes o preocupaciones, se deben escuchar. Estos niños entienden lo que está pasando más de lo que pensamos. Sin embargo, es frecuente que sientan miedo de expresarlo porque el adulto puede decirles que están equivocados».

La perspectiva del alumno

Hablamos con Vinny, usuario de implantes cocleares bilaterales y alumno de la Hampshire Regional High School de Massachusetts, sobre el importante papel de las actividades extracurriculares.

Vinny comenzó a practicar la lucha libre en la primavera de 2021, animado por otro amigo del colegio al que le encantaba este deporte. Ha descubierto que le resulta beneficioso tanto física como socialmente. Vinny jugaba con anterioridad al fútbol, ​​pero dejó de hacerlo durante la pandemia y, como muchos de nosotros, no se encontraba tan en forma como de costumbre. «Me sirvió para mantenerme activo. Llevaba dos años sin jugar al fútbol por culpa de la COVID. Pensé que me moría (en nuestros primeros entrenamientos). Tienes que dar vueltas y hacer volteretas. Es difícil, pero divertido», dice.

Durante la práctica y la instrucción, Vinny utiliza sus dos implantes cocleares y puede recibir indicaciones directamente de su entrenador. Sin embargo, durante los partidos debe quitárselos. Para comunicarse durante los partidos, lee los labios del entrenador. (Durante la pandemia, implicaba que el entrenador debía retirarse temporalmente la mascarilla). Aún sin sus implantes, Vinny puede oír el silbato del entrenador. Cuando suena el silbato, si Vinny tiene alguna pregunta o necesita instrucciones, se acerca al entrenador.

Vinny dice que participar en un deporte le ha dado una mayor confianza. «Puede dar miedo pensar en ser amigo de niños oyentes, pero, una vez que lo haces, es más fácil», dice. «He hecho muchos amigos. Al principio, pensé que me costaría hacer amigos. Cuando comencé a mostrarme menos nervioso, los niños me hablaron y comenzaron a comunicarse conmigo».

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