Primavera de 2019 – número 3

CLARKE

- Nuevas aventuras:el paso al último curso de educación infantil ¿Qué cosas cambian? ¿Qué cosas se mantienen igual?
- Qué se debe saber antes de ir a la universidad

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Nuevas aventuras: el paso al último curso de educación infantil ¿Qué cosas cambian? ¿Qué cosas se mantienen igual?

La transición al último curso de educación infantil (“kindergarten”, en el sistema educativo estadounidense) puede ser un momento difícil para los padres y los niños. El colegio es más grande, la jornada más larga y el  grupo más numeroso. Son algunos de los muchos cambios  a los que se enfrenta el alumno de último curso de educación infantil. No resulta extraño que los niños necesiten un tiempo para adaptarse a todos esos cambios, incluyendo  mayores exigencias a la hora de atender  y en la forma de comportarse. No obstante, con un poco de apoyo y trabajando en las habilidades que el niño dispone, la transición puede ser más suave.

¿En qué se diferencia el último curso de educación infantil de los anteriores?

En la actualidad, el aula típica del último curso de educación infantil se diferencia bastante de las existentes en el pasado. Se dice a menudo que son como solían ser las clases de primer curso de educación primaria. A diferencia de los primeros cursos, que están menos estructuradas y el aprendizaje tiene lugar en situaciones personalizadas o en grupos pequeños, se espera que los alumnos de último curso de educación infantil permanezcan sentados durante largos periodos de tiempo y participen en actividades dirigidas por el profesor.

En preescolar, las actividades tienden a basarse más en el juego y, a menudo, se ofrece a los niños más opciones en cuanto a lo que prefieren hacer. En el último curso de Infantil se espera que los niños trabajen de manera más independiente.

 ¿Qué adaptaciones deben realizar los alumnos?

Existen una serie de ajustes que los niños podrían necesitar hacer en la transición al último curso de educación infantil. Si proceden de un programa como el de Clarke Integrated Preschool, que está especialmente diseñado para niños con sordera e hipoacusia, el entorno del sistema educativo ordinario es un entorno de escucha mucho más exigente. Suele haber un menor tratamiento acústico en el aula, hay muchos más alumnos en clase, se dan conversaciones paralelas entre profesores y niños, además de todo tipo de ruidos que provienen de fuera del aula. Los niños deben adaptarse y aprender cuándo es posible desconectar y cuándo es importante prestar atención.

No obstante, es posible que los niños que ya están en el sistema educativo ordinario estén acostumbrados a trabajar en un entorno más ruidoso; pueden o no haber comenzado a trabajar las habilidades necesarias para centrarse en lo que es importante escuchar.

Con independencia del entorno del que proceda un niño, todos los alumnos del último curso de educación infantil se deberán adaptar al lenguaje más formal que se utiliza en las clases, que además se emite a un ritmo más rápido. Los compañeros pueden tener un tono de voz bajo, puede que no miren a la persona que habla y puede que tampoco conozcan qué necesidades tiene el interlocutor con pérdida auditiva. Los profesores pueden no darse cuenta de que a un niño con una pérdida auditiva le resulta difícil localizar a la persona que habla y, en consecuencia, puede no haberse enterado de lo que se ha dicho. Por esta razón, es importante asegurarse de que el profesor de la clase y el resto de los alumnos tienen conciencia de las necesidades del niño.

Los productos de apoyo auditivo tienen cada vez más importancia a la hora de asegurar los logros que consiga el niño, ya que puede reducir el ruido de fondo y facilitar que la voz del profesor llegue más directamente a su oído.

¿Cuáles son las expectativas a nivel social?

Si bien las clases del último curso de educación infantil tienen integración y pueden incluir a varios niños con necesidades especiales, las necesidades de los niños con una pérdida auditiva son diferentes y, con frecuencia, los profesores de educación general no las entienden.

Puede haber muchos momentos a lo largo de la jornada escolar en los que los niños están juntos  sin la supervisión de un adulto (p. ej., en el autobús, el almuerzo, el recreo, los pasillos o el guardarropa). Los niños con pérdida auditiva pueden no enterarse bien de cosas que los niños hablan entre sí durante estos periodos o no ser conscientes de aspectos sutiles en la comunicación. Es importante que los adultos fomenten una comunicación que sea inclusiva con los niños con  pérdida auditiva, evitando al mismo tiempo ser demasiado protectores.

Afortunadamente, muchos niños han adquirido habilidades importantes en el itinerario hasta el último curso de educación infantil. A la edad de cinco años, un gran número de niños ha empezado a interesarse en participar en conversaciones con niños y adultos que no conocen. Si bien algunos alumnos pueden desconfiar de los desconocidos, la mayoría considera que el entorno escolar es un lugar seguro para conocer a otros niños. Es frecuente que, en unos pocos días de adaptación, hasta el niño más callado empiece a participar en conversaciones breves.

¿Cuál es la mejor manera de plantear las necesidades de un niño?

El profesor de la clase debe tener conocimientos fundamentales acerca de  la pérdida auditiva y la manera en que ésta puede afectar al aprendizaje del niño, al acceso al currículo y a la hora de relacionarse con otros niños. Debe saber qué comportamientos se pueden esperar. (Por ejemplo, el cansancio puede parecer desinterés, o puede que el niño sea un experto en adivinar  lo que hay que hacer mirando  a sus compañeros y sin embargo no enterarse de las sutilezas de una tarea). Los profesores deben comprobar a menudo el grado de comprensión del alumno.

Muchas personas tienen la idea errónea de que si un niño utiliza audífonos o implantes cocleares (IC) tiene la misma audición que el compañero oyente. Los audífonos y los IC no restauran la audición a un nivel normal ni garantizan que el alumno comprenda lo que se dice, especialmente si se trata de información novedosa.

Incluso cuando utilizan audífonos o IC, los niños con pérdida auditiva deben realizar un gran esfuerzo para comprender el lenguaje hablado que tiene lugar en su entorno y, con frecuencia, este esfuerzo les agota. Los profesores deben siempre asumir que el alumno asimila mucha menos información de lo que creen.

Además, los profesores deben recurrir al personal de apoyo que está capacitado y formado para trabajar con niños con pérdida auditiva (maestros de audición y lenguaje, audiólogos educativos). El cometido de estos profesionales es ayudar y, con frecuencia, pueden aportar soluciones sencillas a los problemas que surgen.

Los padres se deben comunicar con frecuencia y de manera abierta con los profesores. A principios de curso, los padres pueden informar al profesor de lo que pueden ofrecer en términos de apoyo y recursos (p. ej., comprar suministros para el aula, servir de voluntarios /acompañantes en una excursión, impartir una lectura a la clase o recortar figuras). Los padres deben asumir que los profesores desean que sus hijos se desenvuelvan perfectamente en el curso y que harán lo necesario para lograr este objetivo. Los padres deben tratar de mantener una comunicación positiva. Deben, por ejemplo, transmitir novedades y observaciones positivas, no únicamente problemas o quejas. Los profesores agradecen que se les comenten actividades en las que el alumno se lo pasó bien y otras cosas que estén funcionando bien.

¿Cómo pueden los alumnos empezar a abogar por sus derechos?

Lo idóneo sería que las habilidades necesarias para que el alumno abogue por sus derechos se hubieran empezado a trabajar en preescolar. No obstante, si estas habilidades no se abordaron en cursos anteriores, es importante que los niños con pérdida auditiva comiencen el último curso de educación infantil siendo conscientes de sus necesidades y siendo responsables de sus aparatos y equipos de apoyo.

La autonomía que se le puede dar dependerá de cada niño y, como siempre, necesitará formación y supervisión. Los niños pueden realizar determinadas actividades: colocar cápsulas de audio/receptores en sus audífonos/IC, llevar y entregar un transmisor al profesor, llevar el micrófono portátil a la zona del comedor, comunicar al profesor cuando el micrófono esté silenciado/no silenciado incorrectamente y explicar a sus compañeros en términos sencillos su pérdida auditiva y sus prótesis  (p. ej.: “los audífonos me ayudan a oír”; “el micrófono me ayuda a oír mejor la voz del profesor”).

En Clarke Schools creemos que la preparación y el apoyo facilitados por los profesores del sistema educativo ordinario son elementos esenciales para que un alumno realice una transición con éxito al último curso de educación infantil. Disponer de un maestro de audición y lenguaje itinerante integrado en el equipo del niño, es fundamental, para que todos los interesados entiendan determinados conceptos: la tecnología que utiliza el niño, los efectos del ruido en el acceso a la información en el aula, el cansancio de tener que escuchar todo el día con una audición que no es perfecta y la manera de apoyar al alumno para que se integre en el grupo.

Qué se debe saber antes de ir a la universidad

Michael Marchetti, MED

Michael Marchetti, MED, nació y creció en las montañas de Berkshire en el oeste de Massachusetts. Michael posee tiene 35 años de experiencia personal y profesional en sordera y educación de personas con sordera. Michael nació con una pérdida auditiva neurosensorial leve pero progresiva y, a los 25 años, ya tenía una pérdida profunda. En ese momento recibió su primer implante coclear. Michael lleva trabajando tres años como maestro de audición y lenguaje itinerante en el Departamento del sistema educativo ordinario de Clarke Schools.

Antes de ir a la universidad, los alumnos deben estar familiarizados con las “Tres C del éxito”, que son:

Control

Para que el alumno pueda abogar por sus derechos  por sí mismo y que sus necesidades sean atendidas, debe tener una percepción de control sobre su pérdida auditiva. La mayoría de las veces, son los padres, profesores, orientadores, etc. los que le dicen al alumno lo que necesita.

En este caso, el alumno se incorporará a la universidad y continuará esperando hasta que alguien le diga lo que debe hacer. Si se promueven en los alumnos las habilidades necesarias para abogar por sus derechos, será más probable que afronten sus necesidades en la universidad.

Confianza

Un alumno no recurrirá a un profesor, orientador o a otra persona para solicitar determinadas adaptaciones que precisa a no ser que se sienta con la confianza necesaria. El conocimiento de las adaptaciones que necesita para funcionar con normalidad y la confianza necesaria para hablar sobre su pérdida auditiva son dos elementos que facilitan enormemente el acceso a lo que un alumno necesita para desenvolverse con éxito. Numerosos alumnos tienen problemas para aceptar su pérdida auditiva y, por lo tanto, les falta confianza y tratan de disimularla, en lugar de solicitar ayuda.

Consecuencias

Son muchos los alumnos que cuentan con una red de seguridad bastante amplia durante la etapa escolar. El plan de estudios se modifica, las normas se simplifican y los profesores negocian y, en ocasiones, ayudan en exceso. El resultado es que un gran número de alumnos se incorpora a la universidad sin tener un conocimiento pleno de las consecuencias de abogar para que se atiendan sus necesidades. Pueden experimentar carencias tanto en el plano académico como en las relaciones sociales. En la universidad no existe la red de seguridad que proporciona el maestro de audición y lenguaje, o la madre o el padre. La comprensión por parte del alumno de las consecuencias que se podrían producir, si no se llevan a cabo las adaptaciones de acceso, le ayudará a abogar por sus derechos  cuando no se aborden sus necesidades.

Alguien no puede abogar por sus derechos si no sabe en qué consisten.

  1. Los alumnos deben conocer las adaptaciones específicas que necesitan tanto en el aula como en el campus (legislación vigente en materia de educación formación profesional y universidad).

El cumplimiento de estas leyes puede incluir intérpretes, subtitulación, dispositivos de audición asistida y otros cambios en los procedimientos para hacer frente a las necesidades de las personas con sordera e hipoacusia.

  1. Los alumnos deben conocer la existencia en el campus del servicio de atención a la diversidad y ponerse en contacto con el orientador que les acompañará en el proceso de adaptaciones.
  2. Los alumnos deben conocer los tipos de adaptaciones posibles.
  3. Dispositivos de escucha asistida:
    • Sistemas de bucle inductivo
    • Sistemas de FM
    • Sistemas de infrarrojos

5. Acceso a la subtitulación en tiempo real  y otra tecnología de conversión de voz en texto.  Existen aplicaciones en los smartphones que se pueden utilizar en su lugar.

Para obtener más información sobre universidad, servicios de atención a la diversidad y adaptaciones consulte la sección Universidad en nuestra web. La información disponible puede ayudar a los alumnos a realizar la transición.

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