Donald M. Goldberg ORL, es profesor titular en el College de Worcester en Ohio y trabaja en la Clínica Cleveland.
1. ¿Puede darnos alguna recomendación con respecto al cribado auditivo neonatal universal?
La primera recomendación sería que debe ser universal en todo el mundo, si bien por algunos motivos que pueden ser religiosos o económicos no se practica a todos los recién nacidos. En el contexto del cribado, es preciso asegurarse de que se realiza la prueba del oído medio porque muchos niños tienen problemas temporales debido a la existencia de líquido en el conducto o en el oído medio. Además, se puede realizar una serie de medidas fisiológicas eléctricas auditivas como ASSR y AVR o AB, que abordamos ayer durante nuestra charla. En mi opinión con respecto a las pruebas auditivas, debemos asegurarnos de que los niños que no superen el cribado reciban un diagnóstico de seguimiento lo antes posible. Según el J.C.I.H., antes de los tres meses, si bien creo que solo deberían transcurrir unas semanas desde el nacimiento del niño y, a continuación, el proceso continúa y debemos asegurarnos de obtener medidas conductuales y fisiológicas, y facilitarle cuanto antes los moldes de tecnología auditiva que se necesiten. Por lo tanto, en esencia se trata de que nuestros procesos de pruebas sean más exhaustivos, coherentes y universales.
2. ¿Y cómo se podría desarrollar la retroalimentación auditiva?
Excelente pregunta. El concepto de bucle de retroalimentación auditiva se remonta a Dan Ling con la idea de que los niños con pérdida auditiva si escuchan (que es el principio fundamental de que enseñemos a los niños a oír para desarrollar el lenguaje hablado), si son capaces de oír, podrán desarrollar este tipo de control o ciclo de retroalimentación de su habla y lenguaje. Por lo tanto, si oyen bien, podrán monitorizar la claridad del habla de su voz, los componentes del lenguaje, la forma, el contacto y el uso, por lo que la retroalimentación auditiva es un término posiblemente algo anticuado, pero se trata de la realidad actual de nuestros niños. Oyen, la claridad del habla es increíblemente buena y, además, sus habilidades lingüísticas son bastante apropiadas, por lo que es un término que significa que todos nuestros niños aprenden a escuchar de forma natural, porque están monitorizando su lenguaje hablado.
3. Y, por último, ¿qué tipo de consejo le daría a un profesional que se encuentre en el proceso de obtener la certificación de TAV?
Para realizar el examen de LSLS no es necesario ser audiólogo, pero se debe saber de audiología y tener una base bastante sólida de anatomía y fisiología del oído, un conocimiento de la variedad de pruebas que existen y, lo que es más importante, saber interpretar los audiogramas y las medidas fisiológicas eléctricas. No se trata de responder con rapidez a las preguntas de audiología. Si me estuviera preparando para el examen de LSLS, trataría de pensar audiológicamente sobre el impacto que tendrá mi trabajo como terapeuta o educador certificado. Es necesario comprender la acústica del habla. Por ejemplo, en el caso de un niño que esté realizando la prueba de sonidos de Ling, se debe saber qué sugiere el patrón de errores para programar los audífonos o modificar la programación de los implantes cocleares. Es preciso conocer la aplicación pero, como ya he dicho, si la audiología es la base de nuestra intervención, debemos ser capaces de entender y aplicar lo que hemos aprendido, y es necesario saber de audiología para tratar a los niños con sordera e hipoacusia.