Elizabeth Tyszkiewicz es terapeuta auditivo-verbal certificada y ha trabajado la mayor parte de su vida laboral en servicios de implantes cocleares pediátricos en hospitales públicos del Reino Unido. También trabajó en una organización sin fines de lucro llamada AVUK. Actualmente, trabaja como formadora y asesora. También facilita tutoría y apoyo en diferentes países a personas que desean desarrollar una carrera profesional como terapeutas auditivo-verbales.
1. ¿Qué criterios se deben considerar para iniciar un programa auditivo-verbal?
Uno de los principios cruciales de la terapia verbal-auditiva es que se trata de una terapia diagnóstica, por lo que prácticamente cualquier niño con una pérdida auditiva puede iniciar un programa auditivo-verbal, que facilitará una evaluación muy rigurosa del nivel inicial de habilidad, capacidad y evolución. Otros principios son que la información se debe compartir siempre con las personas allegadas al niño y, en concreto, con los padres y que si, en algún momento, la evolución es más lenta de lo previsto, se debe considerar una ruta alternativa.
2. ¿Cuáles son las competencias fundamentales que debe tener un terapeuta?
Las competencias fundamentales están disponibles en numerosas fuentes y el sitio web de AG Bell es el primer lugar al que personalmente acudiría, pero creo que lo fundamental es el compromiso y el deseo de seguir aprendiendo constantemente. Quizá añadiría habilidades básicas que están bien explicadas en numerosos documentos, pero no me parece oportuno enumerarlos ahora.
3. ¿Cómo se puede favorecer que los niños con sordera se pongan en el lugar de otro?
Esperamos que los niños tengan acceso al lenguaje hablado, a la conversación y a la interacción utilizando su propia tecnología al máximo, por lo que la respuesta a la pregunta sería que de la misma manera que con los niños con audición normal, si bien, en el caso de los niños con pérdida auditiva, debemos tener en cuenta que sus oportunidades son menores y pueden perder bastante información. Debemos ser muy conscientes de que el uso del lenguaje por parte de los padres es crucial en la forma en que describen y hablan de cosas que no se pueden ver porque están dentro de la mente, como los sentimientos y los pensamientos. Debemos compartir nuestros procesos de pensamiento, procurando nombrar y verbalizar para el niño las cosas que puede estar pensando, sintiendo y percibiendo. Estos principios comienzan muy temprano desde la infancia.